Biomagnetismo, terapia floral, flores de Bach, musicoterapia, cristaloterapia, cromoterapia, reiki, osteopatía, electroacupuntura, agua alcalina, acupuntura láser, terapias de biorresonancia, desintoxicación iónica, jugoterapias, diagnóstico por el iris, bioenergética celular, asesoría angelical, entre muchas otras, han venido a sustituir a las ya tradicionales prácticas de la emdicina alternativa: microdosis, homeopatía y acupuntura.
El fundamento de estas terapias alternativas de alto costo, es doble. Por una parte la argumentación de que la armonía de la persona que favorece el flujo de la energía; y la idea de la interconexión como causante de las enfermedades cuando ésta no es correcta. Se trata de un universo de significado de carácter holista, que considera que lo importante es lo que occidente llama el "buen espíritu". Sin embargo, estas terapias buscan su raíz en las tradiciones religiosas orientales de las culturas china, japonesa e hindú.
La referencia a estas tradiciones es apenas tangencial y utilitarista, de modo que no se propone una vinculación con sus textos sagrados, su propuesta moral o cúltica. Lo importante, para los que manejan las terapias alternativas, es el uso instrumental de algunos datos religiosos que pueden tener resonancia en el universo simbólico de los occidentales, pero que no dejan de tener una carga mágica. Así, conceptos como karma, armonía, chi, aura, campo energético, bipolaridad, forman un cuerpo teórico débil que sostiene una práctica de salud de alto costo.
Se promete una liberación integral que comienza con la parte emocional. De ahí se espera la sanación corporal. Para ello, quienes aceptan este universo simbólico se sitúan en el extremo de la llamada medicina alopática, a la que se suele descalificar por intoxicar al preescribir determiandos medicamentos que no generan armonía.
Entre más se acercan al espectro esotérico, éstas terapias se vinculan con entidades etéreas de las que no se puede dar cuenta: ángeles, demonios, fuerzas extrañas, malos deseos, buenas vibras, astros, determinación karmática. Por otra parte, existen riesgos que no se evitan simplemente por la sola leyenda de "este no es un medicamento".
Estas terapias, al no tener una base científica suficientemente probada, prometen curaciones de todo tipo, que van desde el cáncer hasta problemas de conducta, de los problemas de fertilidad a la curación a distancia sin importar si son miles de kilómetros.
Si bien todo lo anterior puede resultar impreciso, lo que no resulta así es el alto costo que cada terapia tiene, pero que es pagado por quienes tienen los recursos. En ellos existe una valoración que se sostiene en la credulidad excesiva que se abre sin crítica al pensamiento mágico.
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