miércoles, 11 de septiembre de 2019

Evangélicos que se definen por oposición a la iglesia católica

Las iglesias evangélicas son parte de un movimiento de reforma y de ajustes a la forma en que se vivía el cristianismo en la iglesia católica. Centrados en una práctica que tuvo como eje la libre interpretación de la Escritura, sucedió que cada creyente ha ido guiándose por aquello que le resulta relevante, teniendo a la figura de Cristo como el centro de la fe. En el caso de los evangélicos pentecostales y neopentecostales -y dejando de lado a los protestantes históricos-, es frecuente encontrar una práctica discursiva: la crítica a la iglesia católica. 

Este anticatolicismo de algunas iglesias evangélicas permite señalar que más allá de construir una identidad propia, se encuentran en un estado de infantilismo que no les permite marcar distancia. Podrán crecer en número de creyentes, en bautizos y en construcción de templos; pero así tengan muchos años seguirán en su etapa infantil. 

¿Qué ganan las iglesias evangélicas con el discurso anticatólico? En principio encuentran una veta de ideas para su predicación de contraste, además se convierten en catalizadores de los sentimientos de contradicción de los conversos que decidieron alejarse del catolicismo. En tercer lugar, les permite establecer una diferenciación para presentarse a sí mismas como la iglesia de Cristo. 

Esta semana -el 9 de septiembre de 2019- el Pastor Arturo Farela, líder de Confraternice escribía al publicar un video  a propósito de la llamada Cuarta Transformación, "Percibo que los miembros de la jerarquía Católica, están enojados o ¿es envidia?, en sexenios pasados ellos tuvieron muchos privilegios y los líderes cristianos evangélicos fuimos prudentes y nunca les criticamos y mucho menos les envidiamos, porque la iglesia de Jesucristo, siempre ha dependido y disfrutado de su gracia y misericordia, por eso toda la gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo". Como puede observarse en el planteamiento de Farela se puede observar la oposición ellos-nosotros. Al entrar en conversación con él señalé que su planteamiento era ingenuo, con lo que pretendía señalar que no entendía la complejidad de la situación. Farela no dialogó con el argumento, se defendió y me descalificó en dos ocasiones señalando mi ignorancia de asuntos religiosos sin dar ningún argumento. Qué bueno porque nunca he pretendido saber, sino que busco saber. La postura de Farela es la de quien tiene un saber infuso que le permite descalificar sin conocer.

Finalmente Farela en la discusión retoma el esquema ellos-nosotros para comentar a propósito de la jerarquía católica "Si me han criticado severamente se trata de la jerarquía católica que sienten que han perdió privilegios que (en) el pasado sobradamente tenían, al parecer no entienden los nuevos tiempos que Dios ha traído para México. Mi único enemigo se llama satanás y sus demonios". Si bien es posible esto, no ofrece datos para demostrar los ataques de los obispos por lo que quedan como supuestos, hasta en tanto no demuestre su dicho. 

Como puede observarse finalmente, en el discurso del líder de Confraternice desde sus inicios, da un giro a su discurso para llegar al abstracto representado por Satanás y sus demonios. Moverse en el terreno de lo intangible -Satanás y sus demonios- es la salida que permite ubicar en el mismo lugar a los que no pertenecen al grupo. Sin embargo, hay que señalar que el líder de Confraternice desde sus inicios en 1992 indica que "Confraternice representa 7 mil iglesias locales. Yo no represento a ninguna denominación histórica, y ni siquiera la totalidad de pentecosteses o neopentecosteses".


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