El agradecimiento no es sólo una buena costumbre, sino un comportamiento que es importante para mantener las buenas relaciones con los demás. Sin embargo, el agradecimiento debe tener contenido, de otra manera, la acción será vacía.
En los próximos días se celebrarán algunos actos de agradecimiento a Juan Sandoval. ¿Cuál es el contenido del agradecimiento? La propaganda dice que por haber pastoreado a la iglesia tapatía por casi 18 años. Eso con toda claridad, no es mérito, sino obligación. Juan Pablo II le responsabilizó de este trabajo. Por ello, no se alcanza a percibir que sea la razón última del agradecimiento. Tal vez entonces el modo de hacerlo, como lo señala el órgano de difusión oficial de la iglesia tapatía. Sin embargo, la manera de proceder con sus exabruptos, cuestionamientos y declaraciones, no han creado un clima de concordia, y han llevado a muchos a cuestionarse sobre su pertenencia a la Iglesia.
Durante 18 años, Sandoval se confrontó con todos los que no seguían el modelo de iglesia en el que él cree. Sus confrontaciones tuvieron toda clase de destinatarios: los defensores de derechos humanos, los empresarios, los políticos, los maestros, los responsables de la salud pública, los legisladores, los magistrados, la comunidad lésbico-gay, otras religiones, los partidos políticos, incluso los mismos obispos de su iglesia. ¿Por cuál de todos estas confrontaciones, se debe agradecer?
Muchos seguramente asistirán al evento donde se le homenajeará. Tal vez resulte injusto, pero desde el lugar teológico y social desde donde analizo las cosas, no veo el sentido del homenaje. Tal vez los casi 10 mil fieles que previa solicitud han recibido el boleto, puedan ayudarnos a comprender este asunto.
Muchos dirán que el homenaje y agradecimiento es por su doctrina, así como por la defensa del evangelio y la vida. No es seguro que la forma haya sido de gran ayuda. Si bien la distinción entre forma y fondo es necesaria, en cuestiones religiosas, van juntas: forma es fondo; y el fondo también se percibe por la forma. Y los datos dicen que la forma, no siempre -para no generalizar- fue evangélica.
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