martes, 2 de octubre de 2018

Educar la conciencia, tarea eclesial pendiente

Los últimos días, el debate en torno a temas como el aborto, y la doctrina católica sobre defensa de la vida, entre otros, han puesto a la iglesia mexicana en general y a la tapatía en particular en conflicto con distintos grupos. No es fácil posicionarse de manera dialogante en este asunto, pero, tampoco parece que la iglesia tapatía tenga la intención de hacerlo.

De nuevo se recurre a las recetas ya conocidas: el posicionamiento de las así llamadas verdades sobre la vida. Con ello se trata de dar cauce a la formación de la conciencia moral de los feligreses. El asunto es que los feligreses cada vez se muestran más distantes de la doctrina moral católica, incluso en los lugares que todavía son bastión del catolicismo. 

La organización de un foro sobre las implicaciones legales de la aprobación del aborto en una universidad privada, ha implicado las declaraciones de parte de las autoridades de la iglesia tapatía para marcar una distancia con la universidad. En este conflicto, no se ha dialogado sino sólo se han puesto sobre la mesa una serie de argumentos, justo para no dialogar aduciendo que sobre este tema no se debe abrir espacios 
“El respeto a la vida no debe estar sujeto a debate, ni siquiera con un afán de ‘apertura’ o de ‘vanguardia’, y menos por cuestiones de gustos o de sentimientos, como si el respeto a la vida dependiera de lo que sienten o piensan algunos. Tampoco puede estar sujeta al arbitrio de la sola conciencia personal, porque ésta debe ser objetivamente formada, y porque lo que está en cuestión es la vida de una persona inocente".
Desde esta lógica, donde cada institución defiende los valores que le dan cierta identidad se deben dejar claras varias cosas. La primera, que si bien, dicha universidad se identifica como de inspiración cristiana, lo cual le sustrae legalmente de injerencias eclesiales; por la vía de los hechos, la iglesia tapatía la considera católica y se siente con el derecho de intervenir, según ha escrito el cardenal Robles: "A través del Padre J. Jesús García Zamora, Vicario General de esta diócesis, hice llegar mi extrañamiento al Padre José Morales Orozco, Rector del ITESO, por la realización de dicho foro en esa Universidad, y para señalarle que no tenía ningún vínculo con ese evento". Bien valdría la pena que ambas instituciones señalaran con claridad sus vínculos y distancias para evitar confusiones y respetar los campos de cada una, porque de otra forma resulta que tenemos en Jalisco dos universidades católicas.

El segundo punto que debe aclararse es el del valor central que cada una de las instituciones posiciona, pues ambas aluden al respeto a la vida, pero la iglesia tapatía entiende que por el solo hecho de discutir un tema se abre la posibilidad de no respetar la vida. Por su parte, la universidad privada, además de la vida ha señalado que considera valor central la conciencia del individuo, que debe ser formada para que decida con la mayor cantidad de elementos disponibles y con la mayor libertad. De aquí resulta un nuevo punto de desencuentro, pues la tarea de formación de la conciencia moral de los creyentes católicos es responsabilidad de la iglesia. Tarea que por la manera como se responde no se está logrando o se está logrando a medias.

La iglesia tapatía considera -por la vía de los hechos- que la formación de la conciencia moral de sus creyentes depende de declaraciones absolutas sobre su fe religiosa. Esto -según demuestran distintas investigaciones- no lo acepta ni lo cree la mayoría de los fieles. De modo que nos encontramos ante un problema de sentido: las creencias religiosas están perdiendo la batalla del sentido, y no son útiles para un sector de los creyentes que se resiste a seguir la doctrina. 

Los discursos religiosos basados en planteamientos absolutos, fuertes y hasta en prohibiciones se escuchan -por decirlo de la mejor manera- muy poco. Esto abre espacio a la consideración de que se requiere de abrir espacios de diálogo, donde las creencias religiosas sean un punto más en el debate, y no pretendan ser el fiel de la balanza. La tarea pendiente es la formación de la conciencia, pero para ello se requiere información. ¿No será que la iglesia tapatía sigue pensando que sus miembros siguen creyendo lo que ella plantea? Aquí está un punto para pensar.

domingo, 17 de junio de 2018

Las confusiones del cardenal

La nota eclesial a dos semanas de las elecciones la da el cardenal Aguiar, al plantear en la homilía del 17 de junio lo siguiente:
Aguiar Retes
Si queremos caminar no solamente en lo individual, sino como pueblo, para que nuestro querido México sea una auténtica expresión de la presencia de Dios en medio de nosotros y podamos tener garantizados estos valores para crecer y desarrollarnos, hoy tenemos la responsabilidad enorme de elegir a nuestros gobernantes, a quienes van a guiarnos en los próximos años. Por tanto, fíjense bien qué candidato ayuda más a garantizar estos valores: vida, familia, educación y libertad religiosa. Ir a poner ese granito de mostaza del Reino de Dios, hoy se expresa yendo a votar. Es una responsabilidad social del católico; no podemos abstenernos, tenemos que ir a la urna y elegir con plena libertad, en secreto, viendo la propuesta que busque no sólo el beneficio personal, sino el de toda la sociedad. 

Sobre el particular, en una sociedad laica y democrática, lo menos que puede hacerse es reconocer el derecho de Aguiar Retes de señalar lo anterior. Sin embargo el mensaje tiene distintos puntos débiles, al menos cuatro. El primero de ellos es la suposición de que existe una y única escala de valores, lo cual implica el desconocimiento de la dinámica moral de las sociedades pluralistas. El segundo error de Aguiar Retes es suponer que todos los ciudadanos mexicanos católicos deben adherirse a esta escala valoral, lo cual implica la negación de otros valores o el desconocimiento de argumentaciones distintas. El tercer error del cardenal es pensar que al menos uno de los candidatos plantea una propuesta afin a la de este esquema de valores. Y el cuarto y más grave problema, es la alineación que establece entre un candidato afin a los cuatro valores que Aguiar promueve y el Reino de Dios.

Una revisión del modo de actuar del hoy cardenal lo muestra cercano al grupo de poder priísta, y relacionado con las élites de poder político y económico. Así que en una revisión mínima como la de este texto, uno no puede dejar de preguntarse si los valores -vida, familia, educación y libertad religiosa- que en el decir del cardenal Aguiar son parte del Reino de Dios, están garantizados por la elección de un candidato en particular; y si éste candidato se llama José Antonio.

jueves, 7 de junio de 2018

Los invisibles obispos auxiliares

¿Qué hacen los obispos auxiliares de Guadalajara? En otros lugares las tareas de los obispos auxiliares son más o menos visibles. En la Iglesia de Guadalajara actualmente ocurre lo contrario: pareciera que llegar a ser obispo auxiliar es pasar a la invisibilidad. En la época de Juan Sandoval los obispos eran medianamente visibles: uno se encargaba de la economía, otro del seminario y el resto, de algunos temas pastorales. Hoy eso no ocurre. 

El dos de febrero de 2018 el papa Francisco nombró a tres obispos auxiliares para Guadalajara. Más allá de la difusión de tipo mediático que se le dio al asunto, y del manejo eclesial como "obispos con olor a oveja", después de su ordenación en abril de este mismo año, poco sabemos lo que hacen los obispos auxiliares. 

En una comunidad cristiana el obispo es el referente concreto de la vivencia de la fe, tal como lo reconoce el Derecho Canónico en el canon 386 § 1.    El Obispo diocesano debe enseñar y explicar a los fieles las verdades de fe que han de creerse y vivirse, predicando personalmente con frecuencia[...]. Los obispos auxiliares, de acuerdo al mismo texto legislativo, en el canon 406 § 1. ha de ser nombrado Vicario general por el Obispo diocesano; además, el Obispo diocesano debe encomendarle, antes que a los demás, todo aquello que por prescripción del derecho requiera un mandato especial. Por supuesto existen otras responsabilidades como el consejo al obispo diocesano en asuntos delicados. 

SI bien, los obispos auxiliares tienen responsabilidades que escapan a la observación de los fieles, y que permiten que las estructuras eclesiales funcionen; desde el lugar de los fieles, poco se observa a los obispos auxiliares. La centralización y verticalidad como sistema de organización vigente en la Iglesia, no permiten que los obispos auxiliares sean observados; primero porque el obispo diocesano es el que da la última palabra o el que aparece; y segundo, porque las tareas encomendadas de tipo administrativo les obligan a labores de administración, y eventualmente a algunas de gestión. Al mismo tiempo, la posición en la estructura eclesial, limita sus relaciones humanas a relaciones instrumentales en función del puesto. De ahí que difícilmente entren en contacto con el creyente de a pie, pues sus relaciones se ven reducidas. Esto sucede en la Iglesia tapatía. Hasta el momento, no sabemos desde el espacio de cotidianidad donde se mueve la mayoría de los creyentes católicos, qué están haciendo los obispos auxiliares. Incluso ni siquiera la página del arzobispado de Guadalajara se encuentra actualizada. Difundir alguna celebración en el periódico oficial de la arquidiócesis podría dar la impresión de una comunicación que no lo es.

Hace unos días, mis alumnos escribían un ensayo al final del curso sobre la pregunta ¿cómo será la religión del futuro? Cada uno reflexionó con distintas herramientas teóricas y observando el desarrollo de la iglesia local. Independientemente de su filiación religiosa, la coincidencia es que de no hacer cambios significativos en las relaciones cotidianas con los creyentes, el catolicismo continuaría decreciendo en la sociedad tapatía. Y en todo este asunto, los obispos, tanto el diocesano como los auxiliares, no pueden quedarse en la invisibilidad a riesgo de que se conviertan en administradores grises del campo religioso. La tensión es que la elección que debería acercarlos al pueblo creyente se diluye con la consagración que los convierte en sujetos a los que escasamente se puede acceder.


martes, 24 de abril de 2018

Contra lo que muchos dicen, de religión se puede hablar

El texto, "Contra lo que muchos dicen, de religión se puede hablar". Lo escribí en 2012 y relata la experiencia de un grupo de creyentes y académicos que se reúnen para hablar de sus creencias o de la ausencia de ellas.

El texto ofrece una serie de reflexiones sobre las posibilidades del diálogo interreligioso y los mecanismos que lo obstaculizan, tales como la moralización y la invisibilización de los otros creyentes. Al mismo tiempo ofrece algunos elementos para favorecer el diálogo entre los creyentes de distintas tradiciones. 

domingo, 22 de abril de 2018

La educación en la agenda de investigación religiosa

En los días 18 al 20 de abril se celebró en Oaxaca el XXI Encuentro de la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México (RIFREM). 

Participo en la RIFREM desde 2007 donde he presentado avances o conclusiones de distintos trabajos. En 2012 propuse y coordiné la mesa Religión y moralización de la vida cotidiana donde se trabajó de manera incipiente en torno al tema de la relación entre ética, religión y educación. Más allá de algunas publicaciones, se visibilizó apenas de manera incipiente esta relación. Me parece que poco a poco fue gestándose la conciencia de que esta relación apenas visibilizada necesitaba trabajarse. Y en 2018, seis años después en este Encuentro se propuso una mesa con el nombre Escuela pública y diversidad religiosa

Lo más destacado -a mi juicio- es la coincidencia entre los investigadores que formamos parte de esta mesa, respecto a la necesidad de visibilizar la relación entre religión y educación, con la finalidad de repensar la vivencia de la laicidad, que trascienda el enfoque meramente jurídico, que si bien es necesario no agota las posibilidades de pensar cómo vivir la laicidad. En esta preocupación convergen las visiones sociológicas, jurídicas, filosóficas y educativas. Ojalá el próximo año podamos presentar -en Chihuahua- avances que muestren el aporte de los investigadores a la construcción de una ética de mínimos que permitan la convivencia justa.

viernes, 2 de febrero de 2018

Un franciscano, obispo auxiliar de Guadalajara



El último obispo religioso de Guadalajara murió en 1792. Se trata de Fr. Antonio Alcalde. Desde hace 226 años, Guadalajara no tenía un obispo procedente del clero religioso. El 13 de julio de 1548 se crea la diócesis y es nombrado obispo Dn. Pedro Gómez Malaver. En los primeros siglos se puede localizar a doce obispos religiosos (entre 1552-1792) como titulares de esta circunscripción eclesiástica.  Los nombres son los siguientes: 



  1. Antonio de Ciudad Rodrigo, O.F.M. (1552 - 13 de septiembre de 1553)
  2. Pedro de Ayala, O.F.M. (18 de diciembre de 1561 - 19 de septiembre de 1569)
  3. Domingo de Alzola, O.P. (1 de octubre de 1582 - 15 de febrero de 1590)
  4. Pedro Suárez de Escobar, O.S.A. (1591 - 1591)
  5. Juan de Valle y Arredondo, O.S.B. (19 de marzo de 1607 - 1617)
  6. Francisco de Rivera y Pareja, Congregación del Oratorio (29 de enero de 1618-17 de septiembre de 1629) nombrado obispo de Michoacán
  7. Leonel de Cervantes y Caravajal, Cartujo (17 de diciembre de 1629 - 18 de febrero de 1636) nombrado, obispo de Antequera)
  8. Felipe Galindo Chávez y Pineda, O.P. (30 May 1695- 7 Mar 1702)
  9. Manuel de Mimbela y Morlans, O.F.M. (26 de febrero de 1714 - 4 de mayo de 1721)
  10. Juan Bautista Álvarez de Toledo, O.F.M. (30 de agosto de 1723 - 1 de julio de 1725)
  11. José Francisco Martínez de Tejada y Díez de Velasco, O.F.M. (20 de diciembre de 1751 - 20 de diciembre de 1760)
  12. Antonio Alcalde y Barriga, O.P. (27 de enero de 1772 - 7 de agosto de 1792)

Así, hasta el 1 de febrero la arquidiócesis había tenido a 12 religiosos dirigiendo sus destinos, de los cuales cinco fueron franciscanos, tres de los predicadores o dominicos, y uno de las siguientes congregaciones: agustino, benedictino, oratoriano, cartujo. A partir del 2 de febrero ha sido nombrado obispo Fr. Juan Manuel Muñoz Curiel, franciscano de la Provincia de San Francisco y Santiago de Jalisco. Se trata del primer religioso nombrado obispo después de 226 años. Se trata de un obispo auxiliar que tendrá a su cargo algunas partes de la pastoral arquidiocesana, en estrecho contacto con los religiosos a los cuales conoce muy bien por su trabajo en la Vicaría de la Vida Consagrada donde fue Secretario Ejecutivo. Esto confirma la hipótesis que he desarrollado en otros lugares, sobre el hecho de que la reforma eclesial del Papa Francisco pasa por los obispos. Y los religiosos son la carta más firme que tiene para implementar los cambios.


He tenido la oportunidad de conocer a Juan Manuel desde 1982 en que ingresamos al postulantado. Por supuesto que hay un aprecio a su persona y labor pastoral, a su compromiso por las misiones y su sensibilidad con los creyentes de a pie. Me parece que esta será una característica de su episcopado. Lo complejo será el desempeño en una arquidiócesis que parece buscar nuevos caminos, y que vive entre la tradición y la modernidad, y que responde desde alguno de estos lugares según sea el tema de que se trate. La tarea no parece sencilla pero seguramente aportará a la visión eclesial el espíritu de Francisco de Asís, la fraternidad y la minoridad como ejes de la vivencia evangélica.

El nombramiento de los otros dos obispos deja igualmente y en principio expectativas positivas. Se trata de pastores, no de hombres de escritorio. Uno de ellos -Héctor López Alvarado- con cercanía al mundo del trabajo y la pastoral social; el otro a la pastoral urbana -Engelberto Polino Sánchez-. En todos los casos se trata de sacerdotes con experiencia pastoral en zonas urbanas, semiurbanas, marginadas, con el mundo profesional –uno de ellos es ingeniero agrónomo y el otro contador privado-, con la docencia. Es decir, el perfil esta vez, sí corresponde a lo que Francisco gusta de nombrar como “con olor a oveja”. El reto: que los aromas propios del cargo no los alejen de su cercanía con los marginados.



http://catholic-hierarchy.org/bishop/bmuncur.html 


La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...