Y puso su tienda entre nosotros...
Evangelio de Juan
Esta expresión del Evangelio de
Juan, suele pasar desapercibida entre los cristianos de occidente porque no se
tiene la misma experiencia que los pueblos semitas. Poner la tienda (casa) entre nosotros, para los hombres y mujeres
del desierto, es un acto de confianza y
solidaridad con los que viven en situación de precariedad.
La liturgia de Navidad señala con
esta frase el centro del acto de la encarnación de Jesús. En Navidad, se
celebra que Dios –en Jesús- asume la condición humana con todo lo que esta
implica: historicidad, complejidad, conflictos, emociones, toma de decisiones…
En un país como México, que
parece que vive en crisis desde su origen, la celebración de la Navidad es una
oportunidad para tomar posición ante la situación de violencia generalizada más
allá de la celebración tradicional.
Pensar la Navidad en la clave de
Dios que “pone su tienda entre nosotros”
permite transitar de las celebraciones centradas en las piñatas, los
regalos y las esferas; a la memoria de Jesús que se vincula a la historia de
los hombres. La Navidad mexicana pasa por “poner su tienda” entre los
migrantes, los desplazados, los desaparecidos, los desarraigados, los
frustrados por las políticas neoliberales, los narcotraficantes, los
secuestradores… para denunciar y anunciar proféticamente que otro mundo es
posible.
El desierto de los pueblos
semitas está representado ahora por la historia de México, donde la frase “puso
su tienda entre nosotros” puede cobrar un sentido vivo: Dios se acerca a
compartir la vida de los mexicanos para apoyarlos en sus esfuerzos de libertad,
de paz y de una mejor vida. Si esto ocurre la felicitación de Navidad puede ser
un abrazo por el compromiso con el otro.
Parte de este texto fue publicado en CRUCE, Iteso 1 Dic 2014
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