lunes, 31 de diciembre de 2012

Razones para vivir: algo para pensar en fin de año.

Decía una canción que escuchaba de niño: Sufrir me tocó a mí en esta vida, llorar es mi destino hasta el morir. Eso me parecía muy triste, pero más aun la siguiente parte que importa que la gente me critique, si así lo quiere Dios, hoy tengo que cumplir

A muchos años de distancia, puedo decir que la melodía se engarza en una teología del castigo, que exalta el sufrimiento como querido por Dios. Esta teología del "sufrir me tocó a mí" refleja la tristeza  y el sometimiento como modo habitual de estar en el mundo. 

La cuestión se opone a la idea del Dios de Jesús que ayuda a las personas a recuperar el sentido de la vida. El Dios cristiano, oscurecido en múltiples ocasiones por una teología eclesial neoconservadora o del progreso, es muy diferente. Incluso se ha de reconocer que muchas veces las iglesias, preocupadas por mantener la disciplina, el dogma y la asistencia al culto, no presentan el verdadero rostro de Dios al caricaturizarlo y crear pequeños dioses, que adquieren su fuerza al pregonar una teología del sufrimiento.

El Dios cristiano es el Dios Abbá, el Dios papito, así como expresión de cariño que refleja la voz de un niño que mira a su padre y siente la certeza de que todo estará bien y de que hay futuro. El Dios de Jesús es Abbá. Se trata de una experiencia íntima que solo reconoce el que se siente querido y sabe que aunque en ocasiones el dolor y el mal se hagan presentes, éstos no son para siempre. La teología de Jesús, se opone al "si así lo quiere Dios, hoy tengo que cumplir" de la canción que escuchaba en mi infancia. 

Jesús es el Dios no sólo de la re-velación sino de la protestación -siguiendo a Boff-, se trata del reconocimiento de que la vida siempre es más, y que prot-estar es una manera de estar en el mundo. Prot-estar es rebelarse ante lo dado, ante las condiciones, es reconocer la insatisfacción que surge cuando se sabe o al menos intuye, que la vida es algo más. 

En estos días de fin de año y de inicio del siguiente, aunque se trata fechas arbitrarias -recuérdese que todo calendario refleja cierta arbitrariedad-, es oportuno preguntarse sobre las razones para vivir. Seguramente, aun en medio de las cotidianas dificultades, nos descubriremos como seres insatisfechos, de protestación, que vamos tras otras perspectivas. 

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad: un mito cristiano verdadero



Imagen de Cortés
Hace pocas semanas, con pompa y circunstancia, el actual papa se mostró nuevamente como teólogo al publicar un libro sobre la Infancia de  Jesús. Presenta en él la versión clásica y tradicional que ve en aquellos relatos idílicos una narración histórica. El libro dejó sorprendidos a los teólogos, pues, desde hace por lo menos 50 años, la exégesis bíblica sobre estos textos muestra que no se trata de un relato histórico, sino de alta y refinada teología elaborada por los evangelistas Mateo y Lucas (Marcos y Juan no dicen nada de la infancia de Jesús) para probar que Jesús era realmente el Mesías, el hijo de David y el Hijo de Dios.

Para este fin, recurren a géneros literarios, que parecen historia pero que son en realidad recursos literarios, como, por ejemplo, los Magos de Oriente (que representan a los paganos), los pastores (los más pobres y considerados pecadores por tratar con animales), la Estrella y los ángeles (para mostrar el carácter divino de Jesús), Belén, que no sería una referencia geográfica sino un significado teológico, el lugar de donde vendría el Mesías, diferente de Nazaret, totalmente desconocida, donde probablemente habría nacido Jesús. Y así otros tópicos como analizo detalladamente en mi libro Jesucristo el Liberador (capítulo VIII).

Frente a los relatos tan conmovedores del Nacimiento podemos decir que estamos ante un grandioso mito, entendido positivamente como lo hacen los antropólogos: el mito como la trasmisión de una verdad tan profunda que solamente el lenguaje mítico, figurado y simbólico es adecuado para expresarla. Es lo que el mito hace. Un mito es verdadero cuando el sentido que quiere transmitir es verdadero e ilumina a toda la comunidad. Así el Nacimiento de Jesús es un mito cristiano lleno de verdad.

Nosotros usamos hoy otros mitos para mostrar la relevancia de Jesús. Para mí es de gran significado un mito antiguo que la Iglesia aprovechó en la liturgia de Navidad para revelar la conmoción cósmica ante el nacimiento de Cristo.

En él se dice: «Cuando la noche iba por la mitad de su curso se hizo un profundo silencio. Entonces, las hojas parlanchinas callaron como muertas. Entonces, el viento que susurraba quedó quieto en el aire. Entonces, el gallo que cantaba se detuvo en medio de su canto. Entonces, las aguas del riachuelo que corrían, se paralizaron. Entonces las ovejas que pastaban se quedaron inmóviles. Entonces, el pastor que levantaba su cayado quedó petrificado. En ese momento todo paró, todo se suspendió, todo hizo silencio: nacía Jesús, el salvador de la humanidad y del universo».

La Navidad quiere comunicarnos que Dios no es esa figura severa y de ojos penetrantes para escrutar nuestras vidas. Aparece como un niño. No juzga, solo quiere recibir cariño y jugar.

Y he aquí que del Pesebre vino una voz que me susurró: «¿Oh, criatura humana, por qué tienes miedo de Dios? ¿No ves que su madre enfajó su frágil cuerpecito? ¿No te das cuenta de que él no amenaza a nadie? ¿Ni condena a nadie? ¿No escuchas cómo llora suavemente? Más que ayudar, necesita ser ayudado y cubierto de cariño. ¿No sabes que él es Dios-con-nosotros como nosotros?» Y ya no pensamos  más, damos paso al corazón que siente, se compadece y ama. ¿Qué otra cosa podríamos hacer delante de un Niño sabiendo que es Dios humanado?
Tal vez nadie haya escrito mejor sobre la Navidad que el escritor portugués Fernando Pessoa, que dice: «Él es el eterno niño, el Dios que faltaba. El es lo divino que ríe y que juega. Es un niño tan humano que es divino».

Más tarde transformaron al Niño Jesús en San Nicolás, en Santa Claus y, finalmente, en Papá Noel. Poco importa, porque en el fondo, el espíritu de bondad, de proximidad y de Regalo divino está ahí. Estuvo acertado el editorialista Francis Church del The New York Sun de 1897 al responder a Virginia, una niña de 8 años que le escribió: «Querido Editor: dime la verdad, ¿Existe Papá Noel?

Y él sabiamente le respondió:
«Sí, Virginia, Papá Noel existe. Es tan cierto como que existe el amor, la generosidad y la devoción. Y tú sabes que todo eso existe de verdad y trae más belleza y alegría a nuestra vida. ¡Qué triste sería el mundo si no existiese Papá Noel! Sería tan triste como si no hubiese niñas  como tú. No existiría la fe de los niños, ni la poesía y la fantasía, que hacen nuestra existencia leve y bonita. Pero para eso tenemos que aprender a ver con los ojos del corazón y del amor ¿Que si existe Papá Noel...? Gracias a Dios vive y vivirá siempre que haya niños grandes y pequeños que han aprendido a ver con los ojos del corazón».

En esta fiesta, intentemos ver con los ojos del corazón. Todos hemos  sido educados para mirar con los ojos de la razón, por eso somos fríos. Hoy vamos a recuperar los derechos del corazón: vamos a dejarnos conmover con nuestros niños, permitir que sueñen y llenarnos de tierno afecto delante del Divino Niño que sintió placer y alegría al decidir ser uno de nosotros



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sábado, 22 de diciembre de 2012

¿El fin del mundo está cerca…?


De  muchas partes se esperaba que el 21 de diciembre ocurriera “algo”. ¿Qué cosa significa ese “algo”? Nadie parece ponerse de acuerdo. Las tres respuestas más socorridas fueron: que habría un cambio de era, que ocurrirí un cataclismo como señal del fin del mundo, o que habría un cambio de conciencia.

Los calendarios suelen llamar más la atención, por lo que no dicen que por lo que dicen. En la tradición occidental, hemos configurado nuestros calendarios basados en los hechos que resultan tan importantes que se convierten en acontecimiento. Así, en una historia construida para dar culto a los héroes, y silenciar a los perdedores, nos interesa lo que los grandes genios han realizado. Un calendario de gestas heroicas es lo que mueve nuestra cotidianidad. De modo, que olvidamos algo que en oriente y en las culturas indígenas si tenían: la capacidad de observación de la naturaleza.

Los calendarios indígenas y de occidente, se construyen no sobre las figuras de héroes y triunfos, sino sobre los ciclos de la naturaleza, que una sociedad agrícola acostumbra tomar en cuenta para organizar su vida: ciclo de siembra como inicio y esperanza de la vida, momento del crecimiento como etapa de maduración, espacio de la cosecha como disfrute de los frutos del trabajo; y momento de recoger, limpiar y dejar descansar en terreno, como espacio de conclusión, de cierre, de símbolo de la muerte incluso.

Organizar así las cosas, nos permite ver la vida de distinta manera, incluso con un sentido. Esto es lo que ocurre, hoy ante las señales que algunos interpretan como de “fin de mundo”.

Por otra parte, cuando surgen los calendarios desde la observación de la naturaleza, también hay que tomar en cuenta el asunto de la esperanza de vida. En la sociedad indígena mesoamericana y maya, la esperanza de vida fluctuaba en promedio en 37 años, pero los más expuestos llegaban apenas a los 24 años, mientras que los más cuidados lograban tal vez los 40. Así, pensar en ciclos de 52 años, se trataba de una cuestión muy importante, llegar a los 52 años, implicaba haber alcanzado la sabiduría y ser anciano, digno de cuidado y respeto. Era, una especie de posicionamiento en la comunidad y era considerado el inicio de una nueva etapa superior. Esto ocurría también con la naturaleza. Cada 52 años, se consideraba el nacimiento de un nuevo sol, es decir, de una nueva etapa u oportunidad, para buscar de nuevo la armonía y la reintegración del humano con la naturaleza, y del hombre con el hombre.

Vistas las cosas así, sea lo que sea el 21 de diciembre de 2012, no sucedió nada. La alineación planetaria que se esperaba, siempre ocurre porque se trata de ciclos, pero no podemos hacer depender de estas entidades inanimadas, nuestro futuro.  Fin del mundo, cambio de era o cambio de conciencia, no son situaciones que dependan del todo de nosotros, sino que son cuestiones de interpretación. El fin del mundo es algo seguro, como todo lo finito, esto debe acabar, pero las cifras más conservadoras de la NASA indican que esto ocurrirá cuando nuestra galaxia, la Vía Láctea choque con Andrómeda en cuatro mil millones de años. Así que por ese lado, los agoreros del fin del mundo pueden dormir tranquilos, cuando ocurra, no habrá un vestigio de ellos en este planeta.

La idea del cambio de era, es algo más fácil de ver, porque está asociada a acontecimientos históricos; pero por esas mismas razones tiene que ver de nuevo con interpretaciones selectivas. Los tiempos cambian porque hay situaciones que se salen de los esquemas, y que no pueden explicarse con las ideas anteriores. Cuando esto ocurre y entramos en una lógica nueva, empezamos a cambiar de época. No se trata sólo de cuestiones astrológicas, que por otra parte, también son interpretación de una cultura sobre lo que observa en el cielo.

Y finalmente, la cuestión del cambio de conciencia no es menos extraña, si se atribuye a los astros. Señalar que cambia la conciencia porque las condiciones y alineación de planetas se modificó, significa que se somete la libertad humana a lo inanimado.  Esto va contra la suposición de que somos los dirigentes de nuestra vida.

¿Qué sucedió el 21 de diciembre? A mi parecer: nada. Seguiremos viviendo con la inercia de los días, y sólo para aquellos que decidan tomar una posición distinta ante la vida, cambiará la conciencia, pero sólo como fruto del ejercicio de la libertad, nunca de las condiciones ambientales o de alineación planetaria. Lo importante es señalar  que ante la excesiva credulidad que busca respuestas fáciles, no podemos asumir sin crítica estas ideas de fin del mundo.

¿El fin del mundo está cerca? Esta es una posibilidad muy lejana, la otra es vivir tomando el riesgo de la libertad, más allá de lo que los agoreros del cambio de era, del fin del mundo y de la renovación de la conciencia quisieran. Yo opto por vivir en libertad ¿y usted?


jueves, 20 de diciembre de 2012

Feliz Navidad


"Y puso su tienda entre nosotros" es una expresión del desierto. La tienda es una cuestión débil frente a las casas bien construidas. Es reflejo de la precariedad, de la limitación y de la provisionalidad; aunque también del deseo de estar cerca de los otros. Por eso, esta expresión adquiere su fuerza mayor en la Navidad. 

"Y puso su tienda entre nosotros" expresa el gusto de Dios por lo humano con todas sus características, y sin falsos triunfalismos o negaciones maniqueas que llevan a rechazar el gozo de vivir. Esta es la mejor forma de celebrar Navidad.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Las posadas... para no olvidar

El texto bíblico narra que José y María a punto de dar a luz, se encaminaron a Belén. Atendían con ello  el mandato del César de acudir a censarse en el pueblo de donde procedía la familia. No hay un dato histórico que refiera este censo, y sin embargo, como muchas cosas importantes en la vida, este asunto ha marcado la vida de millones.

Hecho histórico o no, el censo, llevó al evangelista a decir que al encaminarse a Belén, a María le llegó el tiempo de dar  a luz, pero no había posada para ellos. Esta situación  pronto se transformó en un hecho piadoso que llevó a las personas a establecer una devoción sobre el tema. Si no había posada, José y María tuvieron que andar de puerta en puerta pidiendo posada. Sobre esta idea se configuró en México las posadas. En el resto del mundo se privilegió la tradición litúrgica. Se trata de un novenario de preparación a la natividad de Jesús.

En Acolman, en este convento agustino surgen las posadas
Fue en la Colonia, en Acolman Estado de México, cuando los misioneros agustinos crearon en los atrios de los templos estas celebraciones populares: reunían a la comunidad, representaban algunos pasajes del evangelio, repartían fruta y algún dulce. Estos autosacramentales, pronto se vieron estructurados con diversos elementos catequéticos como el rezo del rosario, el canto de las letanías y el rompimiento de la piñata. 

La piñata era símbolo de la vida con Dios y sin Dios. Atractiva a la vida, con siete picos, representaba la vida sometida a los siete pecados capitales, cuando el creyente la rompía, ruidosamente obtenía las gracias de Dios  representadas en las frutas y dulces que caían. La enseñanza era, dejar el pecado y optar por Dios. Los siete picos de la piñata tradicional, representan los siete pecados capitales, ante los que hay que estar atentos y vigilantes para rechazarlos: ira, gula, envidia, soberbia, avaricia, lujuria y pereza. Se trata de actitudes que siempre están a disposición del creyente, para aceptarlas o rechazarlas, pues ante ellas no cabe la indiferencia. Representan de alguna manera, la satisfacción radical de los sentidos, del inmediatismo, al centrar la atención en el yo. Por eso, y sin las terapias de la psicología, los misioneros predicaban para ayudar a los nuevos creyentes a salir del yo para acercarse al nosotros. Las posadas entonces son también, el reconocimiento de la comunitariedad.

Piñata tradicional de siete picos
En este mismo contexto surgen los villancicos y las pastorelas. De nuevo es el mismo tema recreado de distintas maneras y conversaciones: los pastores van a Belén a visitar al niño Jesús, pero en el camino, el diablo los somete a diversas tentaciones, hasta que el anuncio y apoyo del cielo representado en la presencia del ángel, les hace retomar el camino. Así llegan al pesebre para entregar al Niño y a María sus regalos, que surgen de la vida cotidiana.

Cuando no teníamos internet, la celebración de la navidad era diferente. Por supuesto no es culpa de la red hacer hoy las cosas diferentes, pero en parte, esta manera nueva que se tiene de celebrar las posadas sin peregrinos, villancicos, piñatas y mensaje, tiene que ver con nuestro desconocimiento de lo que está detrás. Hemos dejado de tomar en cuenta los signos de modo que se han vaciado de contenido. Aquí hay una tarea grande, para entendernos y saber porqué, en México celebramos la Navidad de este modo.

sábado, 8 de diciembre de 2012

El problema del testimonio religioso

Una de las principales fuerzas de la vida religiosa, es el testimonio evangélico, al que los consagrados se comprometen con la emisión de los votos religiosos.  Así ha sido entendido por la Iglesia y en particular, declarado en el Decreto Perfectae caritatis.

¿Qué implica esto? en principio, que las acciones están alineadas al servicio de la evangelización. Ello significa que los religiosos cuando se relacionan con el mundo se muevan en él con -al menos- cierta criticidad, sin servirse de él.

En México por las circunstancias históricas derivadas de la revolución, y el marco establecido por el Art 124 Constitucional, el uso de los signos religiosos, estaba prohibido pero al mismo tiempo, se trataba de una norma que fácilmente se transgredió. Es hasta 1992 cuando los cambios a dicho artículo permiten cambios, entre ellos el del uso del hábito en los espacios públicos y no solo dentro de los templos.

Pero el cambio legal y la portación del hábito no son por sí mismos testimonio evangélico, sobre todo cuando los que se consagran a vivir la pobreza y viven de la caridad de los creyentes, usan la misma  caridad para satisfacer los sentidos, y el hábito para lograr privilegios. 

Para establecer la observación anterior, no puede dejarse de lado, el reconocimiento de que el hábito religioso, comenzó siendo la ropa de los pobres y no un signo de distancia y privilegio como parece ser hoy, en varios casos.

Esta conducta, en lugar de ser un testimonio parece convertirse en un antitestimonio. Esta cuestión parece olvidarse a algunos religiosos, que van más allá de vivir en la justa medianía de carácter evangélico, y que en contraposición parecen no reconocer la fuerza de la evangelización de los pobres -de la que se distancian-, para preferir, a pesar de sus votos, apostarle a cierta teología de  la prosperidad. 

Vaya esta colaboración como la expresión de una preocupación por las prácticas observadas en los últimos días, desarrolladas por un grupo de religiosos de la localidad.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Qué es esa cosa llamada "ética"

La ética requiere un pensar reposado
La ética, es una reflexión de segundo nivel que resulta imprescindible en la vida humana. Incluso, de manera radical, podemos decir que somos humanos gracias a la ética. Si bien, se le confunde con la moral, en el fondo se trata de una reflexión sobre ésta.

En tanto reflexión, la ética no es un discurso de buenas intenciones o de deseos virtuosos. Mucho menos se trata de un listado de recomendaciones o de declaración de principios para orientar la acción humana.

La ética es una re-flexión -así, separada como en la terminología existencialista- porque se trata de un momento denso donde se vuelve la mirada -se flexiona- para retomar el camino andado, la vida y pensar sobre ella. 

En el fondo es retorno a la fuente originaria del sentido de la vida; es un asunto de itinerarios, de cruce de caminos y de visualización de las consecuencias del actuar. 

Hace ya muchos años, en la narración bíblica de la serpiente, el fruto prohibido y la decisión de Adán y Eva, los judíos nos ofrecieron una lección de vida. Acostumbrados a pensar la narración citada como la tentación de Adán y Eva, poco se repara en la enseñanza que deja el texto. En términos antropológicos, la narración muestra cómo se genera el nacimiento de la conciencia de la libertad. Adán, está en posibilidad de inaugurar la reflexión ética frente al mandato moral que indicaba: "de todos los árboles podrás comer, menos del árbol del fruto del bien y del mal". Con la desobediencia, Adán se descubre como hombre libre y con la posibilidad de tomar decisiones, al mismo tiempo sabe que su acto tiene consecuencias.

El resto de la frase, poco se reflexiona: "el día que comas de ese árbol, serán como dioses". ¿Qué significa esto? en el fondo, que los dioses toman decisiones porque son libres. En esta perspectiva, podemos decir que esa cosa llamada "ética", es un acto de autodeterminación por el que elegimos ser de una u otra manera. Y como bien dice Savater, esto es cuestión de urgencia.

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...