domingo, 21 de diciembre de 2008

Se acerca la Navidad

En esta ocasión, quiero pensar de nuevo en la Navidad. Navidad es la fiesta del hombre Jesús, hijo de Dios. Para el creyente del cristianismo, Dios establece una alianza con el género humano a través de la encarnación de Jesús.
Hace unos días me preguntaban en un programa de radio si el nacimiento de Jesús se parecía al nacimiento de otros dioses. En mi opinión la respuesta no puede ser tan simple. Encuentro una distancia abismal entre otras encarnaciones de Dios como las procedentes de las narraciones hindúes, griegas o egipcias con respecto al nacimiento de Jesús. En todas ellas, Dios se presenta como un avatar o interesado de la vida de los hombres, pero no de los más débiles. Tales encarnaciones son para las clases poderosas. Por otro lado, la gran diferencia es que Jesús no sólo se encarna biológicamente sino que decide incorporarse en un grupo social, el de los anawin o pobres de Yavé.
Esto indica una especie de anonadamiento de la categoría divina que acerca a Dios al hombre y permite reconocer que la condición humana es perfectible a su máxima capacidad: a imagen de Dios.
Nota: la imagen que ilustra esta entrada se encuentra en Familia Franciscana Internacional

sábado, 13 de diciembre de 2008

Guadalupe...


Basílica de Guadalupe, México

El 12 de diciembre se celebra en México la festividad de la Virgen de Guadalupe. El acontecimiento se remite a 1531, año de las apariciones en el cerro del Tepeyacac a Juan Diego, un indígena macehual. Hacía sólo 10 años de que había terminado la conquista. Los indígenas habían pasado apenas de una fe a otra, por eso el acontecimiento se vuelve relevante. Más aun cuando las apariciones suceden en el cerro donde se daba culto a Tonantzin, nuestra madre en el mundo indígena, e incorporando distintos elementos simbólicos del mundo náhuatl.

Independientemente de las críticas sobre la veracidad e historicidad de las apariciones e incluso, de la existencia de Juan Diego; nos encontramos ante la presencia de una manifestación de lo sagrado que afecta a la sociedad indígena y posteriormente a la mestiza. Guadalupe, la que aplastó a la serpiente, se ha convertido en un refente del cristianismo católico popular. Sin embargo, el riesgo -en términos pastorales para el catolicismo- es la desconexión entre la devoción guadalupana y el compromiso por la construcción del Reino planteada en el ideal del Nazareno.

Recuperar la esperanza


La vida cotidiana se vuelve compleja para muchos. ¿Incluso para Dios? El dibujo aparecido en Religión Digital, hace pensar en la dificultad que representa enfrentarse a los proyectos que se han constituído y con el paso del tiempo constatar que no son lo que se deseaba en el principio.

El día de hoy, en un mundo que constantemente intenta caminar a su destrucción, es importante recuperar la esperanza. Si no se tiene la capacidad de imaginar mundos posibles, puede tomar forma el deseo de la eliminación de nuestro mundo.

Para el occidente, ya estamos en época de navidad. Litúrgicamente en el cristianismo se habla del adviento. Se traa de un tiempo de preparación a la venida de Dios que pone su tienda entre la humanidad. A mi juicio se trata de un tiempo para recuperar la esperanza y la capacidad de imaginar mundos posibles, a pesar de las crisis, e incluso por ellas mismas.

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...