jueves, 7 de diciembre de 2017

El elegido de Francisco

Los vientos de la sucesión en la Arquidiócesis Primada de México han llegado a su fin. Hasta hace unos días los rumores señalaban que Aguiar Retes sería el sucesor de Norberto Rivera. Hoy se ha hecho realidad. Cuando escribí sobre los candidatos a arzobispo primado de México llegaron a mi cuenta varios comentarios. En un extremo: la idea de que no llegue el priísta. En el otro, que llegue el que Dios quiera, él sabrá, y recuperando la Escritura, uno de mis antiguos profesores me dejó para reflexionar la frase evangélica "si yo quiero que se quede hasta que yo venga, a ti qué".

El análisis de los asuntos religiosos suele despertar emociones encontradas porque se enlaza con la fe. Por eso, para muchos, no es agradable reconocer que en la sucesión del Cardenal Rivera se ha desarrollado un juego de pesos y contrapesos. Como toda institución humana, la Iglesia tiene sus luces y sombras, que salen de vez en cuando. Ahora el asunto más notable es la sucesión de Norberto Rivera. 


Un arzobispo vinculado al poder político
El Papa se ha decantado por  Carlos Aguiar Retes, un obispo identificado con el PRI y con vínculos con políticos del grupo Atlacomulco. Sin duda era el candidato ideal para los políticos gobernantes actuales. Un arzobispo de aeropuerto que en los últimos dos años ha tratado de crear una imagen de cercanía al Papa Francisco y al trabajo popular saliendo a pasear en algunas zonas pobres de su arquidiócesis. Fue el candidato más fuerte para suceder a Sandoval en Guadalajara pero había dejado muchas cuestiones abiertas al dirigir la Conferencia del Episcopado Mexicano. 

En el camino se han quedado Rogelio Cabrera López y Francisco Robles. El primero, arzobispo de Monterrey, a quien se identifica en el grupo de Norberto pero hoy distanciado de él, aunque con fuerza por su compromiso con la pastoral de la Arquidiócesis de Monterrey. Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara. que se ha caracterizado por una presencia poco visible en los lugares en que ha estado. 

El elegido ha sido Carlos Aguiar Retes, que guardadas las distancias, tiene rasgos similares en su perfil a los de Norberto Rivera, particularmente su cercanía al PRI y  a los grupos políticos que han deteriorado el país. La filtración de la noticia ha dejado a la Conferencia del Episcopado Mexicano en silencio. A alguien no le gustó el nombramiento y lo filtró para desdibujar el anuncio. De cualquier modo, Aguiar asumirá el cargo sin grandes expectativas.

No parece creíble que Aguiar pueda realizar un cambio en la arquidiócesis dado su escaso trabajo pastoral, de menos de un año en la pastoral de a pie y muchos de escritorio. Una revisión rápida de su curriculum muestra que es un obispo de escritorio, de reuniones con políticos acostumbrado a escalar puestos. Dicen que el Espíritu Santo no se equivoca y que además asiste al Papa en este tipo de decisiones. Pues es lamentable constatar que al parecer -al menos en esta ocasión- las equivocaciones existen en ambos... la muestra: Carlos Aguiar Retes, será arzobispo primado de México. Al tiempo...

lunes, 4 de diciembre de 2017

Dos cardenales y dos propuestas

Juan Sandoval y José Francisco Robles, cardenales tapatíos. Imagen de Voanoticias.
La iglesia tapatía vive en una situación de tensión que se busca mantener en silencio, pero cada cierto tiempo aparecen señales que muestran el conflicto. Desde el 21 de abril de 1994 hasta el 7 de diciembre de 2011, Juan Sandoval gobernó la iglesia tapatía con una mano firme, que hizo del aspaviento y la corrección en público su mejor arma. Los medios de comunicación esperaban sus declaraciones. El tema era lo menos importante, sin embargo, un análisis detenido de los temas públicos que abordó en su episcopado, muestran un Sandoval queriendo hablar de política e influir en ella. Temas como la homosexualidad, los derechos humanos, los delincuentes, la muerte del cardenal Posadas, el adjetivo a los ministros de la Corte a quienes acusó de ser "maiceados", los conflictos con Marcelo Ebrad, el aborto, los feminicidios, el papel de las mujeres, la antipatía por la educación sexual, las declaraciones sobre las relaciones entre gobierno y narco, entre otros han sido punto de debate en distintos lugares. Sandoval pertenece a la vieja escuela que considera que ser conservador es estar en el lugar seguro y en posesión de la verdad. Sandoval no escucha, grita. Su modelo de iglesia es el del autoritarismo que quiere tener la última palabra en todo. 

Frente a él, se encuentra José Robles Ortega, un hombre más preocupado por ser titular de otra arquidiócesis que por dirigir la que se le ha encomendado. Fue nombrado arzobispo de Guadalajara el 7 de diciembre de 2011. Robles Ortega se ha caracterizado por trabajar sin obispos auxiliares promoviéndolos a otras diócesis, ha dejado el gobierno en manos de sus vicarios. Sus preocupaciones están centradas en la Conferencia del Episcopado Mexicano de la que es presidente desde 2012 y hasta finales de 2018, y en las comisiones a las que pertenece en Roma: Congregación de los Obispos, Comisión Pontificia para América Latina, y Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización.  Estas cuatro responsabilidades lo mantienen centrado en otros asuntos, por lo que su presencia pastoral es gris frente a la fuerza que a sus ochenta y cuatro años tiene Sandoval, quien después de seis años de haber dejado el gobierno de la Arquidiócesis tiene más presencia que el titular. 

Un ejemplo de la ausencia del cardenal Robles se encuentra en la Romería de la Virgen de Zapopan, el mayor evento religioso de la región centro-occidente del país, a la que sólo ha presidido en 2013 y 2016; mientras que el cardenal Juan Sandoval la presidió en 2012 y 2014. En 2015 correspondió al obispo auxiliar Juan Humberto Gutiérrez, en 2017 por José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo emérito de León. Este comportamiento de Robles Ortega va más allá de los rasgos de discreción con los que se desempeña, y muestra un desplazamiento de la responsabilidad, para centrase en otros asuntos. Así, no es de extrañar que el Cardenal Sandoval -que nunca se fue del todo- adquiera notoriedad frente a una autoridad ausente. 

Ante la ausencia de Robles reaparecen las declaraciones de Sandoval, las cuales tienen un auditorio -del que no se sabe el alcance- que se expresa en movimientos como el de algunos católicos contra la escultura Sincretismo. La reacción de estos grupos muestra que le encuentran mayor sentido a las declaraciones de Sandoval que a las de Robles Ortega. Al mismo tiempo, grupos como México Guadalupano, Pueblo Guadalupano o medios como A nuestro valle de Jalisco, muestran su inconformidad por la escultura, y solicitan al margen de las autoridades religiosas oficiales, el retiro y destrucción de la imagen. Esto muestra que reconocen mayor fuerza a las frases de Sandoval que ha señalado que  la escultura, "es blasfemia de los que la pagaron, y es blasfemia de los que la defienden porque tenemos una ofensa permanente en esta ciudad católica que ama tanto y de corazón a la santísima Virgen María". 

jueves, 23 de noviembre de 2017

Del creer al desear. El intento de fundamentación de la ética de Ernst Tugendhat

La finalización de la lectura de algunos ensayos de Tugendhat tomados de sus libros Lecciones de ética y Problemas, ofrece la posibilidad de repensar el asunto de la fundamentación de la moral. ¿Por qué la moral requiere de fundamentación? La pregunta y la diversidad de respuestas nos colocan frente a un problema: de ninguna manera resulta evidente que la moral sea una cuestión anclada en la existencia de una naturaleza humana. Mucho menos, en la existencia de un mundo trascendente que actúe como espejo que permita contrastar lo que somos en potencia, contra lo que somos en acto, y asumir que podemos tender a actualizar el modelo, como lo supusieron Platón y Aristóteles; y en otros términos las grandes religiones. La argumentación de Tugendhat sobre las morales tradicionales muestra el rechazo a los esfuerzos de fundamentación postulados por la razón que se asume con apertura a la trascendencia. Paradójicamente, reflejan al mismo tiempo, el deseo de objetivar una cierta fundamentación para dar salida a un deseo universalista de presentar la moral como una propuesta para todos.
            El problema de la fundamentación de la moral ha pasado por diversos abordajes, que cubren una gama de respuestas, desde las respuestas universalistas tradicionales que sostienen el valor de las normas morales en un horizonte trascendente –algunas veces con Dios a la cabeza como dador de sentido de la existencia- (Tugendhat, 2010, pág. 65), hasta la postura de la filosofía analítica con Wittgenstein que señala la inconsistencia e imposibilidad de la fundamentación, aludiendo a que la moral es simplemente estructura del lenguaje que describe apenas proposicionalmente la reflexión sobre lo bueno, pues “nada de lo que somos capaces de pensar o de decir puede constituir el objeto (la ética)” (Wittgenstein, 1965, pág. 5). Enmedio se encuentran diversos planteamientos, entre los que destacan los esfuerzos de Kant que intenta la construcción válida de un fundamento de la acción humana en sus textos Crítica de la Razón práctica y La fundamentación de la metafísica de las costumbres. La propuesta kantiana se alinea a la búsqueda de una estructura formal que permita “la universalidad de las normas, la consideración del ser racional como fin en sí, y la aspiración al reino de fines, a una comunidad universal de personas” (Tauler A, 1986). A dicha propuesta, Tugendhat le cuestiona la búsqueda de una necesidad práctica absoluta preguntándose “¿Qué sentido podría tener una necesidad práctica absoluta, si efectivamente existiera?” (Lecciones de ética, 2010, pág. 95). Por otra parte, al formular la crítica a las morales tradicionalistas señala “que el potencial justificador de una moral tradicionalista está limitado por la posición de fe o dogmática de una concepción del bien” (Tugendhat, 2010, pág. 65). Esto le hace suponer que las morales tradicionales son incapaces de discutir con otras concepciones morales porque se sostienen como superiores (Tugendhat, 2010, pág. 64). Lo anterior, expresa una comprensión parcial e insuficiente del modo como históricamente se han configurado las morales tradicionales, y el carácter dialógico que subyace en ellas, al considerarlas como propuestas morales surgidas en un contexto determinado. Tugendhat parece confundir el contenido de las morales tradicionales con algunos de los sujetos que suscriben estos planteamientos, al identificar dichas morales como planteamientos cerrados en sí mismos. Esto supone la intención de deshistorizar las morales tradicionales para dar lugar a un esfuerzo de fundamentación que coloca en el sujeto particular, al señalar al deseo como elemento central de la moral, aunque sin dejar de lado sus pretensiones de universalidad. La crítica de Tugendhat a las morales tradicionales y su propuesta, exponen un esfuerzo por pensar la moral en lo que considera tiempos de desorientación, pues supone que las morales tradicionales son una especie de arquetipo del sometimiento a la autoridad. Al mismo tiempo señala que existen otros esfuerzos por dar solidez a la moral entre los que destacan el planteo de Hume que renuncia a la intención justificación; así como el del utilitarismo y el contractualismo.
En su esfuerzo de fundamentar la moral, señala al deseo como origen y sentido de la moral, al mismo tiempo que reconoce que es en la intersubjetivación de las actitudes morales donde puede encontrarse cierta cercanía con los demás, pero señala que el riesgo es la perspectiva de simpatía que puede desvirtuar el juicio por lo que es necesario una especie de objetivación del deseo para que subsista como eje del fundamento, lo que lo acerca al contractualismo. Sin embargo, nuevamente señala la insuficiencia del contractualismo buscando una especie de equilibrio que lo lleve al establecimiento de un contractualismo igualitario, lo que supone ausencia de un fundamento de raíces religiosas, apriorísticas, sentimentales, utilitaristas; pero cuidando de no caer en la renuncia a la fundamentación o en su negación como lo hace Wittgenstein. La suya, es un esfuerzo de fundamentación en la inmanencia.
El riesgo es que al fundarse en una inmanencia que no parte de la antropología, sino de la cultura y de la historia, su propuesta no pude universalizarse. El drama de Tugendhat es que en su intento de fundamentación se aleja del creer para pasar al desear, lo que se convierte en una nueva forma de creer bajo una perspectiva laica.

Referencias

Tauler A, E. (1986). Los fundamentos de la ética kantiana. Universum Revista de Humanidades y Ciencias , Año 1. Obtenido de http://universum.utalca.cl/contenido/index-86/tauler.html
Tugendhat, E. (2010). Lecciones de ética. Barcelona: Gedisa.
Wittgenstein, L. (1965). Conferencia de ética. Obtenido de https://www.cbachilleres.edu.mx/Bibliowiki/libros/W/Wittgenstein%20Ludwig%20%20Conferencia%20sobre%20etica.pdf


lunes, 16 de octubre de 2017

¿Misa y debate por Coldplay?

Las caras de los asistentes a la llamada Misa Coldplay en Puebla muestran ambigüedad, como suele suceder en todos los asuntos religiosos. Por un lado, el seguimiento del rígido ritual del misal romano vigente, y al mismo tiempo las melodías del grupo Coldplay transmitidas con su letra en una pantalla gigante por encima del altar. Mezclas duras y caras rígidas de los asistentes. Las reacciones no se hacen esperar por parte de las autoridades eclesiásticas de Puebla, pero sobre todo por parte de los feligreses que suben videos a las redes sociales. Las razones que se dan,  aluden a la necesidad de cercanía con la comunidad joven. 

La distinción entre medios y fines no puede ser más oportuna, al mismo tiempo que la clarificación del sentido de la liturgia. Como todo asunto religioso, la liturgia surge en un momento histórico determinado a la que se le ha añadido una carga de significado simbólico que no puede ignorarse por quienes manejan los asuntos religiosos en su calidad de expertos. Al mismo tiempo, se vive en contextos socioculturales diversos. Puebla -en su mayoría- pertenece al catolicismo conservador heredado de la Colonia. Y aunque muy cercano a la capital de la república mexicana, no se caracteriza por haber asumido una moral abierta y una búsqueda de modificaciones en la vivencia de la fe católica. Al contrario, los poblanos parecen sentirse contentos con su modo de ver la vida y desarrollarse. 

La llamada misa coldplay ha puesto sobre la mesa un asunto delicado: el alejamiento de un sector juvenil de la iglesia, particularmente de la misa, y celebra una acción litúrgica usando canciones que tienen una finalidad distinta a la de contribuir al culto, independientemente de la belleza de la música o del valor meditativo de las letras.

Aquí parece residir el problema; por un lado, en el escaso reconocimiento del valor de los símbolos religiosos, lo que genera un trato superficial de la celebración, para alcanzar un fin -al parecer- loable. Habrá qué preguntar a los jóvenes si esa música les fue útil para los fines que se señalaron. La otra cara del problema es más complejo: el actuar -aún sabiéndolo- sin reconocer la dinámica social conservadora de la sociedad poblana.  Al mismo tiempo se percibe un escaso análisis de la problemática de la religiosidad al suponer que con música que escuchan algunos, se logrará atender el problema. 

Simplificación, superficialidad y buenas intenciones es lo que parece haber detrás de lo que algunos han considerado error litúrgico y hasta sacrilegio; y otros lo miran como innovación y acción de frontera. Ni lo uno ni lo otro: ni sacrilegio ni innovación, simplemente una acción a la buena que desconoce el contexto. Ante ello, los asistentes no supieron cómo actuar... para muestra, los videos que circulan en las redes que permiten observar el desfase entre el comportamiento ritual de los asistentes y unas melodías que rompen la continuidad de la que Rudolf Otto hablaba al definir lo religioso "misterium tremens et fascinans". Los asistentes no parecen fascinados... 

jueves, 5 de octubre de 2017

¡Hereje! nueva batalla en la guerra contra el Papa

Los grupos conservadores y tradicionalistas católicos señalan que la acción pastoral del Papa Francisco muestra fisuras en la fidelidad a la doctrina. Nada más falso: Francisco no ha modificado un ápice la doctrina católica, sólo ha cambiado el enfoque, de modo que a diferencia de los papados anteriores no está preocupado primariamente por la doctrina de la fe -pues esa ya está firme-, sino por la fidelidad comprometida con su fe religiosa, con la pastoral encarnada.


Desde el inicio de su pontificado y aun antes, llamaron la atención los planteamientos críticos a una iglesia autorreferencial, más preocupada por la condena de los que piensan diferente, que por la opción por el pueblo pobre de Dios. Al mismo tiempo, a muchos conservadores les causó escozor la indicación de salir a las periferias existenciales, porque significaba desinstalarlos de su lugar de comodidad. El mayor problema vino cuando dirigiéndose a los obispos les pidió no tener psicología de príncipes, y eligiendo a varios más cercanos para el puesto a aquellos que cubren el perfil de "sacerdotes con olor a ovejas". Pero la declaración de guerra evangélica, vino en diciembre de 2014 cuando se dirige a la curia romana para señalarle la enfermedad después de realizar un diagnóstico sobre 15 enfermedades. Entre ellas destacan: la enfermedad de sentirse “inmortal”, “inmune”, o incluso indispensable, el “martismo”, que viene de Marta, la excesiva laboriosidad, la “fosilización” mental y espiritual, una planificación excesiva y del funcionalismo, la enfermedad del Alzheimer espiritual...

Las cosas han ido escalando y el conflicto entre el Papa y los conservadores, se ha expresado en distintos planos, particularmente en el de la resistencia pastoral de muchos obispos, y en el de las ideas. Las "dubia" -dudas expresadas por cuatro cardenales- dejaron claro que se trataba de un encañonamiento al Papa cuando la única respuesta posible era si o no, sin posibilidades de explicación. El Papa no contestó. Posteriormente vinieron las amenazas del Cardenal Burke de una corrección filial al Papa. En los últimos días han aparecido dos nuevos frentes de batalla, el del dolido Cardenal Müller, ex prefecto de la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe -que no fue destituido sino no ratificado al terminar su nombramiento-, que clama por un debate teológico bajo el esquema escolástico con el Papa, al que no se atrevió a cuestionar antes. La batalla del momento es protagonizada por un grupo de teólogos que ha redactado un documento de veintiocho páginas con el nombre de Correctio filialis de haeresibus propagatis, que tiene ya su propia página web. Se trata de un ataque frontal al Papa al que se acusa de hereje y de manera ambigua se le declara afecto filial. El inicio de la carta señala: 
Con profunda aflicción, pero impulsados por la fidelidad a Nuestro Señor Jesucristo, por el amor a la Iglesia y al papado y por la devoción filial hacia Usted, nos vemos obligados a dirigir una corrección a Su Santidad, a causa de la propagación de herejías ocasionada por la Exhortación apostólica Amoris laetitia y por otras palabras, hechos y omisiones de Su Santidad.
Con lo anterior, la batalla se traslada al campo ideológico, pues los otros terrenos, el de la pastoral, el mediático, el de la política de Curia Romana, y el del manejo de las finanzas, poco ha poco se ve perdido por los conservadores. La reacción de Francisco ha sido la del silencio, lo que no implica no operar. Distintas voces en la Iglesia han mostrado su apoyo al Papa Francisco. Al mismo tiempo ha llamado de nuevo al Cardenal Burke, personaje visible de la resistencia al Papa y que había amenazado con esta corrección que si bien no tiene su firma, es posible detectar su sello.  Muchos analistas se han preguntado qué sentido tiene traer a casa a un enemigo, pero una lectura distinta permite observar que se puede tratar de una estrategia del Papa para enfrentar a los conservadores y tradicionalistas, porque pone a Burke en un lugar visible que le impide moverse libremente, y al mismo tiempo permite evidenciar si se presenta como colaborador o detractor del Papa.

La nueva batalla podría ser la destitución de cardenales que han dejado de ser colaboradores, en el sentido queseñalan los cánones 349 y 365 del Derecho Canónico: 
Canon 349 - Los Cardenales de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio peculiar, al que compete proveer a la elección del Romano Pontífice, según la norma del derecho peculiar; asimismo, los Cardenales asisten al Romano Pontífice tanto colegialmente, cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia, como personalmente, mediante los distintos oficios que desempeñan ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal.
Canon 356 Los Cardenales tienen el deber de cooperar diligentemente con el Romano Pontífice

Lo anterior explica por qué hasta el momento, ningún cardenal ha firmado esta "Correctio" y los que enviaron las dubia las formulan a manera de preguntas. Se cuidan las espaldas, pues no sería la primera vez que un Papa destituye cardenales, esa es la razón por la que sólo señalan que el Papa genera desconcierto y confusión; y han dejado a los laicos la corrección y el hecho de atribuirle a su labor pastoral la cualidad de herejía. Este es un episodio más de la reforma de la Iglesia, donde un cisma es posible... que si es por la fidelidad a los orígenes, bien le ayudaría a la iglesia para que salieran de ella los que caminan en sentido contrario, pues en el fondo, quienes consideran al Papa un hereje, están solicitando su dimisión, pues desean un Papa a modo.

sábado, 3 de junio de 2017

¿Qué hacemos con Norberto?

Nació el 4 de junio de 1942. Ha cumplido 75 años, la edad canónica para presentar su renuncia al cargo de Arzobispo Primado de México, el puesto -en la práctica- más relevante en términos religiosos en este país. En la teoría, todos los obispos son iguales, pero como ocurre en todos los grupos "unos son más iguales que otros". Norberto es de este último grupo.

Comenzó a dirigir la Arquidiócesis Primada en 1995 cuando, después de su labor de intervención en Tehuacán, Puebla, y el cierre del Seresure (Seminario Regional del Sureste), el seminario caracterizado por su formación con apertura a la teología de la liberación y por formar a seminaristas de nueve diócesis. En el proceso de cierre -en 1990- intervinieron además de Norberto Rivera, Alberto Suárez Inda, Emilio Berlié, Girolamo Prigioni y Pio Laghi. Tres de ellos -Norberto, Emilio y Prigione- formaron parte de lo que se conoció como el Club de Roma junto con Onésimo Cepeda y Juan Sandoval Iñiguez. 

Premiado por Juan Pablo II, Norberto Rivera fue promovido, con el rechazo del clero local, a Arzobispo Primado de México. Sus méritos no existían más allá del cierre del Seresure, del apoyo del Club de Roma y del Arzobispo de Durango Antonio López Aviña. 

La gestión de Norberto Rivera al frente de la Arquidiócesis se caracterizó por la escasa cercanía del obispo a los fieles y sacerdotes, pero un encuentro cercano con las élites. Así, se le identificó con la teología de la prosperidad. Su gestión se caracterizó por la intervención en la Basílica de Guadalupe, la destitución del Abad Guillermo Schulemburg en 1996 -que había negado la historicidad de la existencia de Juan Diego ese mismo año-, y el nombramiento de Diego Monroy como Rector de la Basílica, le permitieron tomar control sobre las finanzas del recinto religioso y vender los derechos de propiedad de la imagen a la empresa estadunidense Viotran, el 31 de marzo de 2002. Se trata de un arzobispo que mercantilizó las expresiones de religiosidad de los mexicanos. 

Otro acontecimiento que marcó la gestión arzobispal de Norberto fue la cercanía con Marcial Maciel y la defensa a ultranza de su figura. Hasta el momento -y aun después de la condena por parte del Vaticano- no se conoce un pronunciamiento crítico del cardenal al fundador de la Legión. Por otra parte, las acusaciones de defensa y encubrimiento a sacerdotes pederastas lo siguen desde su presencia en Tehuacán, Puebla y han continuado en la Arquidiócesis de México. Esta situación lo llevó a los tribunales norteamericanos de los que salió exonerado, pero a principios de junio de 2017 ha resurgido la polémica al presentarse una denuncia por encubrimiento, y no informar a la Secretaría de Gobernación del caso de al menos 15 sacerdotes pederastas, de acuerdo con el artículo 12 de la Ley de Asociaciones Religiosas. Ante esto, el Estado Mexicano debe resolver no sólo el asunto de la denuncia mediante investigación, sino posicionarse ante los ministros de culto y superar la política del "dejar hacer, dejar pasar" con la que suelen tratar a los líderes religiosos.

El 1 de junio de 2017 ha sido recibido en audiencia por el Papa Francisco junto con Alberto Suárez Inda y Jorge Carlos Patrón Wong. Dos amigos del Papa. El primero arzobispo emérito de Morelia, y el segundo Prefecto de la Congregación del Clero en Roma. La visita fue con motivo de la reunión del grupo que dirige los seminarios en el mundo.

La pregunta en el aire, tanto en las autoridades mexicanas como vaticanas no es otra sino ¿Qué hacemos con Norberto?

Norberto, hábil como es, ha empezado a recurrir a su red de relaciones para presionar al Vaticano para permanecer un mayor tiempo en su cargo, o al menos contar con un trato que le permita continuar su vida de prosperidad. El problema para Norberto es que en el Vaticano no se encuentra un amigo, sino un crítico de su estilo de ser obispo. Con todo, Francisco seguramente se pregunta ¿qué hacemos con Norberto?


martes, 28 de marzo de 2017

Los franciscanos de Jalisco entre la espada y la pared

Los franciscanos de Jalisco se encuentran entre la espada y la pared. Por un lado, las autoridades gubernamentales no han mostrado interés en responder a las insistentes preguntas sobre los efectos que la construcción de la Línea Tres del Tren Ligero en Guadalajara está generando en el Templo de San Francisco de Asís.

El templo inició su construcción en 1531 como una capilla de adobe en Tetlán, después en el Barrio de Analco y posteriormente hacia 1568 se inició la construcción del actual edificio en lo que hoy es el centro de Guadalajara. La construcción en 1580 contaba ya con tres naves. Debido a diferentes circunstancias el templo y el convento han sufrido a lo largo de sus siglos de existencia distintos conflictos. Entre ellos destaca la destrucción de su huerta, dos capillas -la de San Antonio y la de San Roque-, la destrucción del convento, y un incendio. Hoy se encuentra agrietado y con posibilidades de colapsar.

Los franciscanos, constructores del templo y sus guardianes hasta el presente han estado insistiendo en su conservación. El templo como tal, no es propiedad de la Arquidiócesis, sino del Gobierno Federal desde el periodo de nacionalización de los bienes eclesiásticos, y por lo tanto su resguardo final corresponde al Instituto Nacional de Antropología e Historia, por eso los franciscanos que tienen el cuidado del sitio esperan de las autoridades federales una respuesta a la crisis que vive el templo.

Una cuestión que hay que aclarar es que en la relación con el arzobispado tapatío, los franciscanos deben seguir únicamente los lineamientos pastorales del Arzobispo, pero no están bajo su obediencia absoluta por tratarse de una Orden Religiosa de derecho pontificio.

Por otra parte, el Cardenal Robles, ha asumido una postura de distancia con el clero local, incluido el clero religioso y en este caso con los franciscanos. De esta forma, ha decidido descalificar los argumentos de los frailes y apoyar a los responsables de la construcción del templo. Así lo ha señalado al pedir que no se maximice la existencia de grietas, como lo ha hecho notar tanto el grupo de expertos que ha formado el Provincial, y académicos que conocen el tema. El cardenal por su parte ha mostrado su apoyo a las autoridades al señalar que confía en ellas para realizar la obra pues "son las únicas que tienen competencia para prevenir y evitar daños mayores" (El Informador, edición del 26 de marzo 2017). 

Ante esta circunstancia los franciscanos están entre la espada y a pared: por un lado las autoridades no dan respuesta a su petición de información y resguardo de este bien nacional; y por el otro, un cardenal responsable de la pastoral y de la arquidiócesis que prefiere minimizar los datos técnicos. Una visita al lugar muestra a simple vista que están más protegidos los arcos de la Plaza que datan de mediados del siglo XX que el mismo templo. 

lunes, 13 de marzo de 2017

La complejidad de hablar de temas religiosos

Este texto tiene una perspectiva personal. Hace ya 19 años que estoy metido en el asunto del diálogo interreligioso, y más de 30 en el conocimiento y estudio de los cristianismos. Esto me ha llevado a leer, conocer, estudiar distintas tradiciones religiosas, sus planteamientos morales y hasta sus sesiones de culto a las que he sido invitado. 

En todos los casos, no hay uno solo en que no suceda esto -sean católicos, cristianos pentecostales y neopentecostales, ateos, judíos, musulmanes, hare krisna, budistas de distintas escuelas, santería, religiones de raíz indígena o de nuevos movimientos de mexicanidad, creyentes bahaí o de luz del mundo, anglicanos, presbiterianos, congregacionalistas, testigos de Jehová, devotos del Cristo científico o del curso de milagros, movimientos esotéricos- hay tres características que comparten: la convicción de que la suya es la religión verdadera y por tanto absolutizan su postura religiosa; la segunda característica es que manejan un discurso circular, es decir: dan por sentado que sus argumentos son la verdad para terminar leyendo los acontecimientos de modo ideológico, donde vuelven a sostener sus principios de fe. El tercer rasgo es que -sutil o explícitamente- intentan motivar la conversión a su sistema de creencias.

La segunda característica, es decir el discurso religioso, es una de las más complejas. El creyente suele partir de que quien le escucha comparte su cuerpo de creencias o que al menos está interesado en ellas. La crítica no la conciben como algo posible, sino como algo que viene del desconocimiento. La conversación gira alrededor de sus posturas y si es el caso, alrededor del libro sagrado que usan. Cuando no hay mas que circularidad y escasa reflexión teológica, se recurre a la recitación de los textos sagrados, como si el simple hecho de aludir el texto garantizara la criticidad. Esto sucede particularmente en los hare krisna, los Testigos de Jehová y en la Luz del Mundo. 

En el asunto del diálogo interreligioso, el investigador debe hacer una disección de la forma y el fondo del discurso religioso, a riesgo de aceptar como válidas todas las opiniones. Se suele reconocer que en el fondo todas las religiones respectan la regla de oro: no hagas al otro lo que no deseas para ti. Si bien esto es cierto, en el fondo se trata de un discurso que debe pasar por la prueba de fuego del diálogo, de la comprensión de las creencias del otro, y del reconocimiento a creer de manera distinta. 

El contacto con estos creyentes me ha permitido valorar y reconocer estos elementos del discurso religioso que están como supuesto a la base de cualquier diálogo sobre el tema. Pero para ir más allá de la tercer característica, que podríamos llamar también tercer riesgo, se requiere dejar en claro que si bien el investigador ante el creyente es percibido como un potencial creyente, en realidad uno es un indagador de argumentos, de creencias y de prácticas. Con esto claro, se puede entrar en el horizonte de sentido del otro para considerar qué cree, que no cree, que practica y qué deja de lado. 

jueves, 5 de enero de 2017

Retomando el tema religioso... ahora el Estado Laico

El tema del Estado laico, es uno de los referentes icónicos de la identidad nacional. En un escenario básico se pueden detectar al menos dos tensiones: la confrontación entre gobierno y jerarquía; y la comprensión del término laico, y sus correlativos como laicidad y laicismo.
 
En términos llanos, habrá que señala que en su raíz etimológica, laico señala el carácter de pertenencia al pueblo; y por oposición a la vinculación con cuestiones religiosas. El sentido del término laico expresa la separación sagrado-profano, aludiendo a que lo laico tiene un contenido popular profano, y que por tal motivo su valoración se da en la perspectiva inmanente.
 
Las tensiones derivan de una comprensión reduccionista del concepto laico, para centrarse en la oposición. Así, en México se ha llegado a considerar que lo laico es la oposición a la fe religiosa, cuando en su sentido más profundo, el laicismo, es garantía para la profesión o no, de una fe religiosa, sin que esto implique -entre otras cosas- su difusión.
 
Por su apuesta por garantizar la convivencia de perspectivas diversas en una sociedad pluralista, el laicismo es un componente de la ética de mínimos, pues las creencias religiosas se desarrollan como éticas de máximos. Esta idea no se puede perder de vista cuando se trata de definir el sentido, alcance y consecuencias de definirnos como estado laico.
 

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...