Benedicto XVI: visita polémica
Elio Masferrer.
Elio Masferrer.
Masferrer calcula que el PAN busca el voto de un 13 por ciento del electorado en una franja de la población que se declara conservadora
Martha Martínez
Ciudad de México (22 enero 2012).- La visita del Papa Benedicto XVI a México sí influirá en las elecciones del 1o. de julio, afirma el especialista en temas religiosos Elio Masferrer Kan.
El académico, quien desde 1997 analiza cuál es la injerencia de la religión en la emisión del voto –tendencia que él ha denominado "voto creyente"–, afirma que alrededor de un tercio del electorado considera como un elemento importante para decidir por quién votar la religiosidad del candidato.
"¿Qué dice la gente? Que si el candidato es creyente, por lo menos va a tener miedo de la justicia divina y no va a ser tan transa. El argumento es que aquí no le iban a hacer nada, pero por lo menos va a tener miedo de arder en los infiernos", explica.
El profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia indica que la apuesta del Partido Acción Nacional con la visita de Benedicto XVI es allegarse un porcentaje de los votos del sector más católico y conservador que apoya al PRI y para quienes "el dedo del Papa" sí puede ser un factor determinante en la emisión de su sufragio.
Recuerda que, según la encuesta Geometría Política 2012 (Enfoque 921), el 63 por ciento de los electores se ubican a sí mismos en posiciones de derecha y centro-derecha y, entre ellos, el 40 por ciento apoya al abanderado del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto; mientras que el 23 por ciento apoya a Josefina Vázquez Mota, la precandidata del PAN mejor posicionada.
El también presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones señala que, a juzgar por dicha encuesta, el enemigo a vencer para Acción Nacional es Peña Nieto, y la lucha por los votantes se dará entre el electorado de centro-derecha y derecha.
Lo anterior porque –a decir del académico– Vázquez Mota (a quien él ya ve como candidata panista) no tiene ninguna posibilidad de ganar adeptos entre los electores de centro-izquierda e izquierda, cuyos sufragios se han repartido históricamente entre el PRI y el PRD.
"Está claro que Josefina no tiene ninguna posibilidad entre la izquierda y centro-izquierda, pero en el centro, centro-derecha y derecha, el enemigo a vencer es Peña Nieto.
"El PAN tiene un voto duro de alrededor del 25 por ciento, entonces necesita el 13 por ciento, ya que tenemos un sistema tripartita, y esos votos los puede conseguir en esa franja de voto duro conservador que apoya al PRI y que sí puede tomar en cuenta el dedo del Papa", sostiene.
El antropólogo precisa que entre esos votantes conservadores se encuentran integrantes de la estructura de la Iglesia Católica, de ahí que una de las actividades del Pontífice durante sus casi cuatro días de estancia en México –del 23 al 26 de marzo– sea dirigir un mensaje a los obispos mexicanos y latinoamericanos presentes en Guanajuato, sede de la visita papal.
"El hecho de que venga el Papa es también un mensaje muy importante para un sector de la jerarquía católica, de obispos y arzobispos que son priistas. Es un mensaje muy importante de que el Papa dice que hay que estar con los azules", advierte.
El antropólogo destaca el hecho de que ésta sea la primera visita que un Papa realiza a México en momentos electorales.
Los registros de las cinco visitas realizadas por su antecesor, Juan Pablo II, indican que en sus 26 años de pontificado, el Vaticano evitó que sus viajes al país coincidieran con coyunturas electorales: la primera fue entre enero y febrero de 1979, la segunda en mayo de 1990, la tercera en agosto de 1993, la cuarta en enero de 1999, y la quinta entre julio y agosto de 2002.
Masferrer Kan indica que a pesar de que la Conferencia del Episcopado Mexicano ha reiterado hasta el cansancio que la visita del Pontífice tiene objetivos pastorales, su llegada parece meticulosamente pensada para tratar de influir en el voto de los sectores más conservadores.
En su opinión, no es casualidad que la visita se concentre en Guanajuato, entidad gobernada ininterrumpidamente por el PAN desde 1991, y que coincida con dos hechos políticos: el arranque de las campañas electorales (el 30 de marzo) y la aprobación en la Cámara de Diputados de la reforma al artículo 24 constitucional (en diciembre pasado), que elimina la prohibición de que los actos de índole religioso se realicen en espacios públicos.
Para el experto en religiones, el PAN negoció una visita papal en pleno proceso electoral en un intento por mantener el control del gobierno; mientras que la Iglesia Católica la aceptó para evitar la pérdida de más fieles.
"¿Por qué se juegan la carta? La Iglesia Católica está perdiendo feligreses de forma violenta; se está jugando la supervivencia. El PAN se está jugando el control del gobierno. Tienes dos actores desesperados que confluyen en sus posibilidades", sostiene.
Publicado en Enfoque n.924 Semanario dedicado a Informacion, reflexion y cultura politica del Periodico Reforma, 22 de enero de 2012 pag.7-8, Mexico, D.F.
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