martes, 30 de agosto de 2011

El Papa regresa a México I

La veneración de reliquias había pasado a un segundo o tercer plano después del Concilio Vaticano II. La crítica de la Reforma y de las teologías progresistas, hablaban en algunas de sus observaciones de una especie de mercantilismo en relación con esto que pudiéramos llamar, vestigios de la fe de un creyente. La Edad Media fue el campo donde se dio el debate más fuerte por las reliquias.

Ver, tocar o incluso poseer una reliquia era considerado signo de salvación. Por ello se dieron incluso guerras y la organización de ejércitos para resguardar los restos mortales de un santo. Entre las estrategias de resguardo se encontraba el esconder la tumba del santo para que los habitantes de los pueblos vecinos no las robaran. Eso era una práctica popular común. Con ello se sobredimensionó la importancia de las reliquias. Sin embargo, la misma iglesia fomentó estas prácticas de veneración a los restos de los santos. Un ejemplo casi desconocido para la mayoría de los creyentes, es que en el centro de los altares donde se realiza la consagración, se encuentra una pieza de piedra llamada ara que contiene las reliquias de un santo o mártir, siguiendo la tradición romana de celebrar en las catacumbas sobre las tumbas de los mártires.

El ara del altar era importante porque cumplía distintas funciones: una de ellas era sacralizar el entorno vinculando a los creyentes locales con la Iglesia de Roma. Al estar colocada en el centro del altar, las reliquias recordaban al sacerdote y al creyente que lo que ahí se realizaba era un acto sagrado. Los restos de los santos y mártires eran testigos mudos de esta vinculación de fe. El ara era la conexión con la memoria histórica de los testigos del cristianismo que habían dado su vida por la fe. De esta manera, celebrar sobre las reliquias de los mártires o santos era considerada una forma de vincularse con el ejemplo de vida que estos representaban.

Una práctica común en la edad media respecto a las reliquias era adjudicarles, en algunos casos, obtener la solución de situaciones problemáticas. Por eso venerarlas era sinónimo de atraer la buena voluntad del santo para que intercediera ante Dios; y tenerlas consigo hacía más fuerte el compromiso entre el santo y el creyente. En torno a esta presunción se tejieron leyendas, historias y melodías sagradas. Las reliquias fueron entonces de todo tipo: huesos, sangre, objetos de su martirio y restos del santo eran las más importantes. En un segundo término las reliquias eran los objetos que habían pertenecido al santo: ornamentos, vestuario, libros, muebles; y finalmente aquellos objetos que eran “tocados” a la urna del santo, a su tumba o a sus restos. Esta perspectiva de carácter mágico que implica traer consigo cierto poder sagrado a través de tener un objeto del santo no se ha perdido a pesar de la modernidad. Ahí encuentran su origen muchas críticas que se leen a propósito de la visita de la reliquia de Juan Pablo II.

Dichas críticas giran en torno a tres asuntos: la visión eclesial que está detrás del tour, la exaltación de una piedad con rasgos de idolatría y la visión mágica de la realidad. Por supuesto que en la justificación, emitida por el coordinador de la visita por parte de la Conferencia del Episcopado Mexicano, hay elementos fuertes que explican la inversión económica que se realiza y la visita a 91 diócesis. Sin embargo vale la pena considerar estas críticas. En este artículo se aborda la primera de ellas.

Las reliquias son una reminiscencia de una iglesia organizada piramidalmente , donde lo más sagrado se encuentra en la cúspide –pero no es fácilmente visible- y requiere de una estructura fuerte que permita el contacto con la divinidad. En esta estructura piramidal lo visible es la estructura sacerdotal y ritual que acompaña a las reliquias del Papa: los obispos, las peregrinaciones donde tienen el lugar de honor, los ornamentos usados y la riqueza de los adornos que centran la mirada en la reliquia y la estatua dejando el sagrario a distancia.

Una expresión de esta perspectiva celebrativa que exalta el papel del obispo como director de orquesta, que dirige toda la operación religiosa del traslado, recepción, evocación de la acción del oferente de las reliquias , una de las más cuestionadas, pues puede dejar de lado el sentido motivacional de la presencia de estos restos, para quedarse en el emocionalismo que desplaza el compromiso del creyente con su propia fe. Al parecer la Iglesia debería cuidar estas manifestaciones y el tour de las reliquias para que no se le salga de las manos, como sucedió con las 5 visitas del Papa a México, que dejaron en los creyentes una alta dosis de emoción pero escaso compromiso con su propia fe.

Twitter: @1pregunta

lunes, 29 de agosto de 2011

Estética de lo sublime

Al vuelo

Original de Claudia Bautista
  • Seguimos sin noticias del cambio del cardenal, pero no parece tardar demasiado.
  • Se confima que Don Raúl Vera estará en Roma acusado por grupos conservadores sobre su práctica pastoral.
  • La Iglesia Ortodoxa Ucraniana en México Patriarcado del Kiev y Toda Rus'Ucrania recibe a su Metropolita, su Beatitud Vladika +Daniel que estará de visita en la Eparquia de Guadalajara del 16 al 19 de Septiembre.

martes, 16 de agosto de 2011

Reliquias viajeras

El culto católico tiene en su haber multiplicidad de expresiones, entre las que destacan las celebraciones litúrgicas; pero alrededor de ellas se encuentran, según el catecismo de la Iglesia (número 1674):
Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el via crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc. (cf Cc. de Nicea II: DS 601;603; Cc. de Trento: DS 1822).
La palabra reliquia se menciona en esta única ocasión, de ahi que convenga precisar el término: una reliquia es un vestigio de una persona considerada santa, por lo cual el sólo contacto con ese objeto -más aun si es el cuerpo- es una muestra de veneración y de expresión de la santidad.

La reliquia es depositaria de un capital simbólico que recibe el reconocimiento del creyente, y por esto mismo puede generar cambios en la persona. Entre el creyente y lo que significa o representa la reliquia se establece una relación afectiva más que teórica, por la cual el devoto percibe la presencia de la divinidad. Independientemente de que sólo la iglesia católica romana y la ortodoxa acepten la existencia de reliquias, éstas existen en todas las creencias espirituales, inclusive en aquellas que se muestran más reacias a aceptarlas.

Nuestro país ha tenido en los últimos años la visita de distintas reliquias: una de Santa Clara, un pedazo de la lengua de San Antonio, un hueso de San Juan Bosco y hoy la sangre de Juan Pablo II en una ampolla.

¿Qué sentido tiene esto? ¿Con qué finalidad se ponen en circulación  estas expresiones del capital simbólico católico? En principio y atenièndonos al Catecismo oficial de la iglesia se puede decir, que las visitas recorren el mundo para ser veneradas, es decir, para dar culto a Dios por la santidad a la que remiten; pero más allá de esta expresión devota, también las reliquias tienen la intención de motivar al creyente a vivir de manera radical su fe.

La cuestión es que la circulación de estos bienes de salvación, no garantizan por sí mismos el cambio de vida de las personas, pues no se trata de algo mágico. A la Iglesia le interesa recuperar su posición de liderazgo entre los mexicanos, que según los datos del Censo 2010 ha disminuido. Sin embargo, no parece que el tour de las reliquias del Papa vaya a dar resultados pues no ha sucedido nada en las vistas de los demás vestigios.

Para evitar caer en el emotivismo y en un culto que se acerque a la idolatría convendría que la Iglesia difundiera el sentido de estar ante una reliquia, para ubicarla en su justo lugar más allá de cuestiones devocionales. Hasta el momento no lo han hecho y parece necesario, al menos desde fuera así lo veo.

lunes, 15 de agosto de 2011

¿Qué pasa en la Luz del Mundo?

Publicada por Milenio
Las celebraciones de la Iglesia del Dios Vivo, Columna y Apoyo de la Verdad La Luz del Mundo, fueron como otros años llenas de colorido y fervor de los feligreses que pertenecen a ella. Sin embargo, llama la atención el tono de despedida que se vivió en la celebración de la Santa Cena al menos dos horas antes de la presencia del Hermano Samuel Joaquín.

En el espacio previo a la celebración de la Santa Cena y del mensaje del Hermano Samuel, la tónica de los discursos fue interpretar el estado de salud de dicho dirigente como resultado de una llamada de atención de parte de Dios a la comunidad. En consecuencia, las plegarias adquieron el tono de súplica por la salud del dirigente.

Publicada por ILLMUSA
La primera interpretación desde una perspectiva externa es que la enfermedad del Hermano Samuel pone a la segunda Iglesia en importancia en el país en la perspectiva de cambio. El cambio se perfila en el proceso de sucesión del ministerio apostólico que para ésta comunidad representa la figura del Apóstol de Jesucristo. Hace ya 47 años que Samuel Joaquín dirige a esta comunidad, cuando en 1964 a la muerte de su padre -el Hno. Aarón- tomó la dirección.

Un segundo asunto que conviene establecer es que en el proceso de sucesión juega un papel importantísimo la revelación, debido a que una característica de esta Iglesia es la aceptación de que el apóstol de Jescristo en turno es el vocero de Dios, de donde deriva su calidad divina. El asunto más complejo es que esta categoría sólo le es reconocida al mismo Hermano Samuel. La historia remite a una elección de Samuel Joaquín entre sueños interpretados como revelación: “Yo recuerdo que una vez Dios me dio un sueño: estábamos el cuerpo ministerial con el hermano Aarón en un día de campo. Éramos como 70 hermanos y estábamos alrededor de una fogata. El hermano Aarón nos estaba calentando el alimento en la fogata y nos servia de comer. De pronto el hermano Aarón hizo un comentario – a partir de hoy yo ya no les voy a servir de comer, mi hijo Samuel es el que les va a servir de comer -. Yo no comprendía el significado de aquel sueño y lo pasé por alto…pero cuando cuando se llegó esa fecha en que él tomó el ministerio, comprendí el sueño que había tenido.”

¿Cómo será esta ocasión? al momento no queda claro, pero entre los hijos del Hermano Samuel destaca el Hermano Naasón Joaquín García (en la fotografía) que este año tuvo un papel central en la Santa Cena.

De hadas, trolls y credulidades

Comparto el artículo que escribí esta semana para Proyecto Diez
Además ya pueden seguir en Twitter: @1pregunta

Una vez recuperada la salud entramos en materia.

Hace ya un buen número de años Octavio Paz tituló a uno de sus libros Las trampas de la fe. Se trataba del estudiar el proceso vivido por Sor Juana en su afán de posicionarse en un mundo de hombres y la manera como éstos evaluaron su obra. En dicho texto hace una observación que conviene no pasar de largo: las trampas de la fe brotan de la pasión doctrinaria a pesar de la eminencia de algunos creyentes.

Lo anterior viene a colación por el asunto del “atrapamiento” del hada, y hace algunos años, con precisión en 2008, de la venta de trolls y gnomos en Guadalajara. Las posiciones han sido las mismas, en un extremo la descalificación y en el otro la credualidad; mientras en medio aparecen variantes. La dificultad radica para encontrar el justo medio sobre el asunto.

Más allá del tema de hadas, trolls, gnomos, y cualquier tipo de creaturas mágicas, o de prácticas de adivinación o consulta a espíritus, se localiza un elemento que se encuentra incluso con las religiones. El punto de unión de algunos creyentes religiosos con creyentes en creaturas y prácticas mágicas, es la credulidad excesiva.

La credulidad se expresa como un firme asentimiento y conformidad, de modo que se da completo crédito a una noticia o acontecimiento. Con este crédito surge una actitud de fe que se aleja de los cuestionamientos o los pone entre paréntesis para conducirse con la seguridad que da la creencia. El creyente –religioso o en creaturas mágicas- con una credulidad acrítica acepta entonces cualquier cosa o dicho, al que eleva a la categoría de verdad de fe, aun sin tener certeza o elementos que al menos sostengan con cierta garantía la supuesta verdad.

El mecanismo de la credulidad opera entonces como un asentimiento indubitable que se puede convertir en el horizonte de comprensión del creyente acrítico. De ahí es fácil que se pase a construir un cuerpo de doctrina –asi sea muy simple- que explica la vida, la muerte, el dolor, la enfermedad, las desgracias y los éxitos. Finalmente, cuando este discurso surgido de una actitud de credulidad excesiva empieza a operar se va construyendo un aparato moral que indica a la persona cómo dirigirse, manejarse, conducirse en sus relaciones sociales, rituales, laborales y personales.

El problema no es el hada falsa de Oblatos en Guadalajara o los trolls, duendes o gnomos del Tianguis Cultural, o las creaturas y servicios mágicos que circulan como bienes de salvación en muchos lugares. Cada quien tiene derecho a creer en lo que le resulte reconfortante y esperanzador en tanto no afecte a otros. El problema –que viene aparejado con la fe- es la excesiva credulidad. Por supuesto que la fe –religiosa o no- se sostiene en el asentimiento o credulidad, pero de ahí a que se crea acríticamente hay una distancia enorme que marca la diferencia entre los creyentes.


Al vuelo

Las celebraciones de la Luz del Mundo han sido organizadas con la precisión de otros años, pero hoy tienen el añadido de que se ha ornamentado la zona con elementos arquitectónicos que muestran la fe los mismos creyentes. Todo el entorno conduce al creyente a centrar la mirada en la luz.

Don Raúl Vera, obispo de Saltillo ha sido llamado a Roma para que responda a las acusaciones que grupos conservadores han hecho sobre su trabajo pastoral. En la iglesia diocesana se preguntan si no habrá un tema que aparezca de sorpresa. Habrá que estar atentos.

La calma sobre la sucesión episcopal en Guadalajara es aparente. Circulan rumores de que ya se tiene el nombramiento del sucesor, pero por petición de algún dignatario, se ha mantenido todavía en secreto.

jueves, 4 de agosto de 2011

Néstor Guijarro, obispo católico independiente


Mons. Néstor Guijarro González, sacerdote y obispo católico independiente, falleció este 4 de agosto de 2011 en la Ciudad de Puebla. Mons. Néstor es una figura importante para las iglesias católicas independientes de Roma, porque ordenó a la mayoría de los obispos tradicionalistas en México. Su línea de sucesión apostólica proviene de Mons. Carlos Duarte. 

Conocí a Néstor Guijarro en 2006 -cuando realizaba una investigación sobre su comunidad religiosa- era un hombre sencillo, con una enorme apertura a vivir un catolicismo tradicional desde la idea de recuperar lo que se vivía en los orígenes del cristianismo: la pluralidad, la búsqueda de un trabajo ecuménico, el celibato optativo, el acceso a los sacramentos sin limitaciones y la recuperación de los carismas. En su búsqueda de una fe honesta transitó por distintas comunidades, ordenó a muchos presbíterios y a varios obispos. En algunos casos su honestidad le hizo reconocer haberse apresurado y cometido errores, preocupado por dejar descendencia episcopal para que la búsqueda del catolicismo tradicional -no lefevbrista- no desapareciera. La línea de sucesión que deja muestra estas búsquedas. Una investigación en la Arquidiócesis de México le permitió acercamientos con la Iglesia Romana para estudiar su sucesión pero los resultados no se hicieron públicos, aunque pudo celebrar en la capilla de la Basílica de Guadalupe.
Constancia de ordenación episcopal

Línea de sucesión apostólica de Néstor Guijarro
Su última acción importante fue integrar junto con otros obispos independientes la Comunión Mundial de Iglesias Católicas Apostólicas (CICAM) que trata de organizar a estas iglesias independientes con sucesión apostólica, respetando el modelo autónomo de principios del cristianismo. 

Su comunidad religiosa quedó registrada en Gobernación con el nombre de Iglesia Santa Católica Apostólica de Rito Tridentino, pero a sugerencia de las autoridades en 2010 se le nombró Fraternidad Sacerdotal Santa Trinidad.

martes, 2 de agosto de 2011

Apuntalar la Iglesia

La mirada crítica de Hans Küng, teólogo ecuménico, sobre la Iglesia le permite realizar un diagnóstico duro y a veces incómodo, pero preciso sobre la misma. La entrevista está publicada en Religión Digital 

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...