Desde el 25 de enero y por varios días estuvieron en la zona metropolitana de Guadalajara, las reliquias del Tibet. Se trata de vestigios que dejan los grandes maestros de esta tradición milenaria, cuando son cremados y entre sus restos se localizan pequeños cristales, que se reconocen como una especie de herencia, para los que entran en contacto con ellos.
Exponerse ante las reliquias es un acto devocional que puede mover el corazón de los asistentes, y generar vínculos en busca de la armonía y la búsqueda de un corazón compasivo. Estas creencias están en el corazón de las distintas tradiciones búdicas.
En la zona metropolitana, existen distintos grupos que tratan de acercarnos a la búsqueda de la educación de la mente y si es el caso, a reconocer la interrelación e interdependencia que existe entre todos los seres vivientes. La meta es alcanzar la budeidad para liberarse de la eterna transmigración, mientras sigamos acumulando karma y estemos viviendo en los apegos.
Publicado en Proyecto Diez, 29 de enero 2012. Leer artículo completo.
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