El 7 de febrero toma posesión como arzobispo de Guadalajara, el cardenal José Francisco Robles Ortega. Llega a la arquidiócesis después de un desgastante proceso de selección que incluyó a distintos obispos con méritos para sustituir a Sandoval. No hay que olvidar que la comunicación de su nombramiento, se da a través de mecanismos poco usuales en la diplomacia vaticana y en su primera entrevista; sin dejar de reconocer el papel del antecesor, marca –entre líneas- algunas distancias, particularmente en el estilo. Mucho menos se puede ignorar, que de Robles Ortega se puede esperar prudencia en la guía de la iglesia diocesana, el manejo de un perfil discreto pero funcional en su relación con los actores políticos, y el mantener una línea pastoral conservadora acorde con su comprensión de la iglesia.
Sin embargo, a diferencia de Sandoval, que con sus exabruptos, resultaba previsible lo que diría y haría; en un hombre con perfil discreto, esto no es fácil. Las maneras suaves, no necesariamente podrán cambiar el fondo del trabajo pastoral, por lo que se requiere una mayor explicitación de las cosas.
En el cristianismo heredado de Jesús, el tono de cercanía se expresa en el lenguaje hablando de “tú”, incluso con Dios en la oración litúrgica. En un tono respetuoso, planteo, al arzobispo las siguientes interrogantes, seguramente incómodas para algunos, que no agotan todos los temas y están construidas desde las preocupaciones propias, sin embargo, esto no las invalida:
¿Qué vas a hacer respecto a los asuntos pendientes: la construcción del santuario de los mártires, la resistencia silenciosa de muchos clérigos a las decisiones del arzobispo, la pastoral con énfasis en lo social, y la redefinición de la relación de la iglesia con el estado?
¿Cómo miras el tema –manejado ya varias veces- de la relación entre delincuencia organizada y religión, cómo te situarás en este asunto?
¿Qué apoyos dará la iglesia a las personas creyentes que se debaten entre trabajar para el narco para sobrevivir o seguir ganando unos pocos pesos que no alcanzan para nada?
En otro orden de ideas, ¿qué postura tomarás ante los defensores de los derechos humanos? ¿y ante el pluralismo religioso cuál será tu posicionamiento? ¿y ante la posibilidad del ecumenismo, cuál es tu palabra?
Ya el arzobispo nos ha dicho que impulsará la Nueva Evangelización, pero ¿qué se entiende por nueva evangelización más allá de la frase tan socorrida de los documentos eclesiales? ¿cómo será la nueva evangelización que sugieres en esta zona concreta de México que te ha sido encomendada?, en ese sentido tal vez convenga saber qué conoces de la feligresía y de los ministros, a quien te han enviado a servir. Pues muchos pastores conocen de oídas a su comunidad, o a través de los reportes de los que están cercanos a las oficinas. Este conocimiento puede tener algo de veracidad, pero nada sustituye el contacto directo con la comunidad, con lo que una chica de este país llamó hace unos meses “la prole”, pues encuentros con los altos dignatarios, los representantes de la política, los que dirigen la economía, los empresarios, y los dirigentes de grupos eclesiales, seguramente los tendrás, pero ¿estarán incluidos en esos encuentros las comunidades marginadas, los grupos en desgracia, los que sufren a causa de algunas decisiones de sus hermanos que comparten la misma fe?
Muchos, creyentes y no creyentes, observan tu llegada de manera atenta. Los primeros y siguientes pasos que des serán fundamentales para saber que se puede esperar de tu ejercicio episcopal en la ciudad.
Publicado en Proyecto Diez, 22 de enero 2011
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