martes, 31 de agosto de 2010

Un mensaje con muchas interpretaciones

El 1o de julio de 1937 los obispos españoles escribían: "Y porque Dios es el más profundo, cimiento de una sociedad bien ordenada- lo era de la nación española- la revolución comunista, aliada de los ejércitos del Gobierno, fue, sobre todo, antidivina. Se cerraba así el ciclo de la legislación laica de la Constitución de 1931 con la destrucción de cuanto era cosa de Dios." Carta del episcopado español sobre la Guerra Civil de 1936 . Con esto daban por sentado que la lucha entre el movimiento nacional (conservador) y el movimiento republicano era justa pues se peleaba contra Dios. 

Más tarde el 18 de julio de 1958 se publica el mensaje del Cardenal primado de España,  Enrique Plá y Deniel, a los participantes en la guerra civil por parte del movimiento nacional "Fuisteis vosotros, sobre todo, los que entonces en plena juventud, aceptasteis la carga de adquirir en pocos días los conocimientos militares imprescindibles para tener el honor de mandar a los soldados que obtuvieron la victoria. La imperfección de vuestra técnica militar fue suplida con creces por vuestro entusiasmo, por vuestro arrojo, que tuvo que ser moderado por la superioridad, por vuestro heroísmo ofreciendo sus vidas veinte mil de vuestros compañeros. Creo muy oportuna la constitución de vuestra Hermandad porque hoy, a los cuatro lustros de terminada la Cruzada, algunos quieren empequeñecer a la misma y aún disputarle su carácter de tal. Vosotros sabéis bien que si dejasteis vuestros estudios, vuestros trabajos y ocupaciones, fue por luchar por Dios y por España. En  las esquelas funerarias de vuestros hermanos se les llamaba siempre gloriosamente caídos por Dios y por España. 

La Iglesia no hubiera bendecido un mero pronunciamiento militar ni a un bando de una guerra civil. Bendijo, sí, una Cruzada. El Pontífice San Pío X, hoy elevado a los altares, no quiso bendecir a Austria cuando se desencadenó la primera guerra mundial; Pío XI, por encima e independientemente de toda consideración política, bendijo a los que emprendieron la difícil empresa de defender los derechos de Dios y de la religión en España. Después de esta bendición pontificia, pudimos los Obispos españoles no empuñar las armas, que esto a nosotros no nos correspondía, pero sí declarar el derecho que se tenía a un justo alzamiento contra el terror y la anarquía por el bien común y por la salvación de España. La guerra, que siempre causa muchos males, sólo es justa cuando es necesaria, y aun entonces está sujeta también a normas de derecho, y si se violan en algún caso determinado, deben ser tales hechos condenados". (cfr. Discurso del 30 de julio de 1958).

En este discurso aparecen subrayadas (para esta entrada) las ideas fundamentales que  al parecer, son retomadas en algunos grupos juveniles de pastoral católica, particularmente en la Diócesis de Aguascalientes con la edición de un disco de testimonios sobre el martirio. En este disco llama la atención la melodía dedicada a Cristo Rey, no el de la tradición mexicana sino el de la perspectiva española nacionalista y conservadora que ve odio a la religión en cualquiera que se situe en posición crítica. El video de esta entrada, al ser enseñado y convertirse en un himno a cantar en las reuniones y peregrinaciones, muestra la forma como se busca en algunos grupos de pastoral juvenil formar la conciencia de los jóvenes para prepararse a la lucha a favor de Cristo Rey. Habría que preguntarse si se trata de un anhelo o se está en posibilidad de reeditar un conflicto como aquel pero hoy en México. Cabe destacar que este video no fue publicado en la página de la Codipaj Ags (Comisión Diocesana de Pastoral Juvenil) aunque si se crearon links a los demás enlaces del disco.


domingo, 29 de agosto de 2010

Más allá de la inocencia de clérigos y políticos…

Las reacciones ante la discusión de la autoridad eclesiástica de Guadalajara y DF con los Ministros de la Suprema Corte de Justicia y Marcelo Ebrad han sido diversas, pero en gran medida se mueven en el plano del apasionamiento. Así es la fe y la política, empresas en las que ambos grupos de creyentes -los políticos y los religiosos- ponen en juego su capital en el campo y reaccionan de acuerdo a la posición que les toca jugar. Lo mismo pasa con los seguidores de cada uno de ellos. Esto ha generado que nos perdamos en el bosque mirando las ramas y no llegando al fondo del asunto.

Una mirada menos apasionada del problema, ha de tomar en cuenta que los campos religioso y político no son extraños entre sí, y comparten la suposición de tener primacía uno sobre el otro, por eso los actores apelan a sus fuentes de autoridad: uno a la legitimidad que le da la elección democrática y que los otros no pueden presumir, y los otros actores que reclaman que su autoridad es el seguimiento de la ley natural, que al final de cuentas es la ley de Dios inscrita en el corazón humano. Dado que ambos actores no se reconocen legitimidad, el problema se complica y los seguidores se polarizan.

Ninguno de los actores puede alegar inocencia, las declaraciones, reacciones y posicionamientos, parecen ser parte del juego político que ambos actores sociales están realizando. El estilo podrá ser diferente –el exabrupto alteño y la indignación nacionalista-, pero en ambos casos los jugadores tienen experiencia en terrenos complejos, pues han militado en sus instituciones con éxito y ocupan lugares de honor. 

La cuestión es ¿qué hay detrás de este juego político de los actores? La respuesta no es fácil porque los intereses se esconden tras las jugadas que suelen ser escandalosamente celebradas por los seguidores, sin embargo atendiendo a las condiciones del país y a dos años de la renovación de los poderes federales, en un contexto de sucesión en la iglesia tapatía y en medio del cuestionamiento por la pederastia, se pone en juego la legitimidad de los actores y la vigencia de su proyecto. 

La posición de las autoridades eclesiásticas tiene que ver con recuperar la legitimidad moral, cuando a nivel internacional ha disminuido su credibilidad y su autoridad ha quedado en entredicho con los escándalos de pederastia. Al mismo tiempo, una de las consecuencias es la formación de un grupo de creyentes que se reunen alrededor de sus pastores para dar la impresión de cuerpo. Este grupo en la zona centro-occidente es fuerte, y por eso la autoridad religiosa puede construir un discurso que deslegitima la misma Constitución en sus pretensiones de igualdad. En el fondo, a muchos creyentes conservadores no les interesa lo que sus pastores digan o el tono en que lo expresen, sino que lo que digan los ministros religiosos representa o expresa sus intereses y creencias, estas declaraciones le dan voz a quienes no se atreven a dar su opinión porque no quieren aparecer políticamente incorrectos. El problema es que el apasionamiento no les permite ver a líderes religiosos y seguidores que lo más sagrado de su oferta religiosa, los bienes de salvación que ofrecen se dejan de lado por la envoltura de desprecio en que se emiten hacia los que representan un proyecto distinto. Pero una ganancia tienen estos grupos en tiempos de sucesión episcopal en Guadalajara, pues el conflicto impide que las piezas se muevan, al menos por el momento. 

Por el lado de la autoridad civil, el exabrupto de los eclesiásticos le viene perfecto para posicionar su proyecto, y marcar la diferencia frente a los actuales gobernantes que se han caracterizado por su cercanía e incluso sumisión a los planteamientos eclesiásticos. Se trata de un nuevo capítulo de la discusión entre liberales y conservadores con actores distintos. Después de doscientos años seguimos en las mismas: dos proyectos diferentes con pretensión de verdad absoluta, se enfrentan con la intención de vencerse. La cuestión es que a diferencia del pasado, los actores no han reconocido que las condiciones han cambiado: el catolicismo poco a poco va disminuyendo llegando en ocasiones a representar alrededor del 60% de la población como en los estados del sureste. Los datos del censo daran una imagen más clara. Al mismo tiempo, a los sacerdotes les pasa lo que a otros líderes, su opinión es cada vez menos valorada. Argumentar en torno a la ley natural y al deseo de Dios para la sociedad es cada vez menos escuchado en una sociedad que se va secularizando.

Por otra parte, los actores políticos, no han resuelto que si bien el derecho a la igualdad de todos ante la ley es fundamental para crear condiciones mínimas que permitan construir a cada uno sus proyectos, sus posicionamientos seguirán encontrando resistencia al menos por una parte de la población que sostiene su identidad en la tradición y la fe. No contemplar las reacciones de un sector de la población puede ser leído como una muestra de insensibilidad. El reto que tiene Ebrad no es sólo defender al país de la incursión eclesiástica, sino buscar la igualdad sin generar rupturas. La ganancia de Ebrad, independientemente de que está a punto de vivir la reedición de “peligro para México”, es el halo de nacionalismo y de adalid de la laicidad que se ha ganado, algo que en estas fechas es simbólicamente importante porque lo pone en el estrado al lado de Juarez y los reformistas.

Lo preocupente del asunto es que estamos llegando a un nivel de polarización a partir de la cerrazón. Frases como “lo dicho, dicho está”, “que se disculpe”, “nos persiguen como en la cristiada” pueden quedar en el anecdotario, pero poco parecen aportar a la distensión del problema, pues implican el desconocimiento del otro, algo que leído en clave evangélica y teológica no es deseable ni sostenible a riesgo de ser incoherente con lo que se cree. Esto mismo leído en una sociedad que le apuesta al reconocimiento del pluralismo y a construir espacios en clave democrática no puede ser ignorado, por lo que resulta imprescindible el diálogo con todos. 

Los actores –religiosos y políticos- independientemente de si representan a alguien o no, tienen en en sus manos la posibilidad de reconocer que necesitan dialogar, ya sea por motivos cristianos –ir a la casa de publicanos y pecadores- o por razones democráticas –unir voluntades-. Para dialogar requieren no negar sus posiciones, pero sí empezar por reconocer que la diferencia enriquece, de otra manera la divinidad hubiera procedido en serie al crear a los seres humanos. De no reconocer que la diferencia y el pluralismo existen, que es querido por Dios, y que es imposible una sola manera de mirar las cosas, el debate seguirá; los temas serán otros -ya no el aborto, los homosexuales y la adopción-, porque no habrán resuelto lo fundamental.

Las disidencias religiosas con denominación de católicas


Existe la tendencia a nombrar el catolicismo como unidad, pero a su interior se pueden encontrar diversas tendencias. 

En México, casi siempre se le identifica con la Igelsia Católica Romana, pero la cuestión se complica al descubrir que existen registradas en la Dirección de Asuntos Religiosos en México, 15 asociaciones religiosas con la denominación de católicas, una de ellas es la Iglesia Católica Romana.(...) De estas 11 tienen la característica de ser nacionales. El siguiente texto es un avance de la investigación sobre las iglesias nacionales con denominación de católicas, pero que presentan disidencias respecto al catolicismo romano. 

Leer el artículo completo de la Ponencia presentada en UANL en mayo de 2010 durente el XIII Encuentro de la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Una opinión sensata

En la guerra de declaraciones sobre el asunto del conflicto entre el arzobispo de Guadalajara, Marcelo Ebrad y los Ministros de la Corte ha propósito de los dictámenes sobre los matrimonios homosexuales y la adopción, el obispo de Saltillo ha expresado su opción por desterrar los prejuicios para un debate más sensato.

domingo, 22 de agosto de 2010

El fondo del debate: la apelación a la ley natural

El debate entre Sandoval Iñiguez, Marcelo Ebrad, Hugo Valdemar y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación respecto a las parejas homosexuales y sus derechos se ha desarrollado en torno a dos argumentos que la iglesia dice no son religiosos: la ley natural y el matrimonio y la familia tradicional como institución social y base de la sociedad. Los argumentos se pueden analizar desde distintas ópticas, una de ellas es la fundamentación filosófica de la ley natural.

Lo primero que podríamos hacer es preguntarnos, ¿existe la ley natural? en caso de existir ¿a qué se refiere la ley natural? ¿de dónde procede? ¿cuál es su fundamento? ¿existen algunos principios de la ley natural que puedan -por alguna razón- convertirse en principios positivos sobre los cuales deba fundarse el derecho universal? pero en el fondo de estas preguntas aparece una que resulta central: ¿cuál es su fundamento? Conviene recordar algunas nociones.

Existen distintos tipos de leyes en el mundo en que vivimos: las leyes que gobiernan el universo (físicas, químicas, biológicas, matemáticas), las leyes morales y las leyes positivas. Las leyes del universo se refieren al funcionamiento del mundo, por ejemplo a la ley de gravedad, al paso del movimiento que traducimos como tiempo, etc. Estas leyes necesitan proceder siempre de la misma manera pues se refieren a la materialidad, no aparece la conciencia como dadora de sentido a algo, por ejemplo: un átomo de hidrógeno no decide libremente unirse a un átomo de oxígeno para formar junto con otro de hidrógeno una molécula de agua. En la naturaleza, las leyes funcionan  de manera determinada por eso se les llama naturales, pues en su estructura la materia procede en función sólo de lo que puede y no de lo deseable porque esto no existe. 

Las leyes positivas son todas aquellas que los seres humanos construimos para organizar el tejido social, se trata de leyes que conforman el derecho positivo y que se sostienen en la idea de la libertad humana. Las leyes positivas en los estados democráticos brotan del consenso en torno a la noción de representatividad, por medio de la cual se acepta que los elegidos por vía democrática o por nombramiento de la autoridad competente, elaboren las leyes y reglamentos que permitan la convivencia de grupos heterogéneos. Se trata de perspectivas o de acuerdos mínimos que garantizan la igualdad de todos y que buscan evitar la discriminación o que la sociedad se guíe por principios morales provenientes de morales de máximos. Aunque en el tiempo de su vigencia tienen carácter de obligatoriedad no se presentan como absolutos porque pueden cambiar conforme se modifican las circunstancias que les dieron origen.

Las leyes morales son aquellas que brotan de una particular visión del mundo de un grupo, se trata de posicionamientos que buscan la perfección, la homogeneidad y la felicidad de los que las siguen. Aunque pertenecen a un grupo, debido al carácter fuerte de la propuesta -casi siempre religiosa- se presentan como verdades absolutas destinadas a cumplirse por todos. Esto les da a los que siguen una propuesta moral de máximos la idea de que sus posturas son irrebatibles. Actualmente se discute sobre la pertinencia de construir una moral de mínimos o una ética civil frente a una moral de máximos. Para hacer más fuerte el argumento de la moral cristiana, se apela desde hace muchos siglos a la noción de ley natural.

La idea de ley natural es una argumentación añeja. Ya Santo Tomás de Aquino en el Comentario a las Sentencias de Pedro Lombardo (libro IV, dist 33, q. 1, a.1ss) habla de que las cosas están orientadas a su propio fin, además de que en las cosas y seres hay acciones que orientan a cumplir el fin. Esta orientación se conoce como ley natural. En el hombre los principios son la inteligencia y la voluntad. La existencia de un fin en el hombre es el que in-forma a la razón de lo que debe hacerse y evitarse, y orienta a la voluntad para cumplirlo. Este esfuerzo de fundamentación supone todavía algo más: la existencia de una naturaleza humana que es la dadora de la ley natural. Si el argumento anterior se lleva a su extremo entonces la ley natural es considerada una disposición divina dado que en la perspectiva cristiana es Dios el autor de la naturaleza humana (cfr. Summa Teológica Ia- IIa parte, q. 90-91), de esta manera, sostiene Santo Tomás que "La promulgación de la ley natural consiste en el hecho mismo de que Dios la implantó en las mentes de los hombres para que así la pudieran conocer naturalmente" (cfr. respuesta a objeción 1 en la q. 90  artículo 4 ya citada) .Esto es lo que está en el fondo del debate: la lectura de la realidad y de la moral como producto de una opción antropológica que sostiene que existe una naturaleza humana dada por Dios. Con esto el argumento de apelar a la ley natural como parámetro de referencia de la construcción de la moral privada, de la moral pública y de la ley positiva se convierte en religioso.

El debate en estos momentos no sólo es por los cambios en la legislación respecto a las sociedades de convivencia, el matrimonio homosexual y la adopción, sino por la pretensión de imponer un modelo antropológico sostenido en la fe de un grupo religioso, por encima de la posibilidad de autodeterminarse que tiene la persona humana -que se ve obligada a inventarse cada día porque la noción de naturaleza humana ya no le sirve-, para orientar todo: la política, la economía, las relaciones humanas.... Lo demás es cortina de humo. No hay que perderse en las ramas del árbol.

viernes, 20 de agosto de 2010

Las reacciones han sido fuertes

No podía ser de otra manera: vale la pena dar seguimiento a las reacciones que las declaraciones de Sandoval han generado. Esto habla -a mi juicio- de una transformación en el sentir de las personas, sean creyentes o no. El artículo de Soledad Loaeza en La Jornada, expresa un argumento difícilmente rebatible: "...¿y tú con qué autoridad hablas, si uno de tus grandes santones fue un corruptor de menores, drogadicto, comerciante de favores celestiales y defraudador profesional?"

Será importante revisar las reacciones, al parecer son un síntoma de la mirada de una sociedad cada vez más crítica y al parecer menos religiosa, que ya no está dispuesta a aceptar los argumentos religiosos sin pensarlos. Este tipo de revisionismos está más allá de una supuesta persecusión religiosa o de un ataque a determinados valores. Es una muestra del descrédito de las instituciones religiosas cuando en lugar de dialogar se dirigen con arrogancia a los ciudadanos para imponer -sin proponer- su visión del mundo, de la vida y de las relaciones humanas.

martes, 17 de agosto de 2010

Otra vez... ¿el Quijote tenía razón?

De nuevo Don Juan  genera una polémica inútil para todos: para la iglesia y sus miembros, para la comprensión del cristianismo como una religión de amor que no condena pero que con este discurso se presenta como excluyente y arrojando muchas piedras, para el Estado laico y por supuesto para los criticados como "maricones y lesbianas" o "maiceados" o el "maiceador" que son excluídos como aberrantes.

El texto de Roberto Bancarte expresa una crítica digna de tomar en cuenta y que titula ¿Pues quién se cree que es? y que pone de manifiesto el conflicto en el campo religioso y político con la intención de apropiarse de la verdad de parte de un sector que piensa que la religión ha de ser el parámetro de vida de la sociedad entera, aunque crea cosas distintas. Será acaso que de nuevo, como lo planteó el Quijote ¿con la Iglesia hemos topado? el asunto hoy tal vez podría ser ¿con qué tipo de Iglesia hemos topado?

martes, 10 de agosto de 2010

Charla Musical Baha'i en Zapopan, Jal.


La propuesta de la Fe Baha'i plantea que un solo Dios ha inspirado las religiones que son caminos hacia él, de que no están alejados unos de otros, pero corresponden al proceso de crecimiento de la humanidad. La charla musical es una forma de dialogar en un ambiente de pluralismo religioso.

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...