lunes, 28 de noviembre de 2011

Ética del cuidado, política y religión

http://www.informador.com.mx/jalisco/2011/340506/6/el-cardenal-pide-al-ejercito-para-combatir-la-delincuencia.htm
Las declaraciones de Juan Sandoval, respecto a la necesidad de la presencia del Ejército en las calles de la ciudad, me hacen pensar la necesidad de revisar los criterios evangélicos para relacionarse con el Estado.

Todas las religiones –lo he escrito en varias ocasiones- tienen una propuesta de sociedad. La cuestión es qué tipo de sociedad, y por lo tanto, de acción política proponen las tradiciones religiosas. El tema por sí mismo causa escozor en la sociedad mexicana, sin embargo, no se puede negar que toda religión tiene la pretensión de orientar un modelo político que favorezca su propio crecimiento y consolidación como religión hegemónica. Cada una lo hace a su modo, y de acuerdo a los alcances e influencia que tiene.

En el caso del cristianismo, la práctica de Jesús respecto a la política, tiene tres características: marcar distancia con varios grupos, acercarse a otros grupos, y presentar una opción de convivencia distinta, a la que llamó Reinado de Dios.

Los grupos con los que marca distancia son numerosos y muy importantes: los saduceos, fariseos, zelotas, romanos y herodianos. Los grupos a los que se acerca, y con los que construye comunidad son los desplazados –ya por las mismas leyes de pureza o las costumbres- y los marginados: gente común, niños, mujeres, enfermos, extranjeros, jornaleros. A estos se les conocía con el eufemismo de los anawin, es decir, los pobres de Yahvé. La tercer característica de la acción profética y política de Jesús, es la predicación del Reino, o del Reinado de Dios. Este reinado, mantiene distancia con las acciones de los políticos de la época; de modo que se le escucha decir: “a Dios lo que es de Dios, y al César, lo que es del César”. Una frase que frecuentemente se saca de contexto.

Finalmente el Reinado de Dios, es la modificación de las relaciones humanas, para transformarlas en relaciones fraternas que desplazan el poder político, como modo de construir la sociedad. Este modo de relacionarse, implica reconocer que nadie hay encima de alguien, porque se es hermano a partir de un Padre común. El servicio, la fraternidad, la solidaridad y la pre-ocupación, constituyen una nueva ética en esta forma de relacionarse. La ética que brota de este nuevo estilo de relacionarse, es una ética del cuidado y de la minoridad: nadie encima de otro, y establecer relaciones de apoyo, solidaridad y servicio a la vida de todos.

Cuando se dice que Jesús afirmó que la religión no se debe meter en política, no se trata de una frase usada con precisión, sino para mantener a los religiosos en el lugar que se les ha asignado tradicionalmente, como hemos dicho; pues su propuesta lleva a modificar las relaciones entre todos, incluidas las relaciones políticas y religiosas. Así, el poder político y las instituciones puestas al servicio del cuidado, podrían constituir una nueva forma de relación. Esta forma de relación no pasa por la aceptación dogmática de ciertas verdades de fe, sino sólo por la aceptación de la premisa de la fraternidad, que finalmente deriva en una moral distinta: no la del servicio a sí mismo sino la ética del cuidado.

Ante las declaraciones de arzobispo Sandoval, hemos de preguntar ¿qué piensa sobre la relación de las instituciones del Estado con la comunidad? ¿está pensando en una ética del cuidado? En tal caso, ¿bajo qué condiciones? Otros pastores como Don Raúl Vera también tienen una posición distinta al respecto, de la que dan explicación. Hasta ahora sólo hemos escuchado declaraciones sin explicación. Valdría la pena escucharlas, para ver si se acercan o se alejan de la práctica de Jesús.

Al vuelo

Y que el cambio en el arzobispado será hasta el próximo año. Al parecer no se ve necesario, o se le ve como un contrapeso electoral vigente todavía.

El libro “La idea de Dios en Guadalajara”, que se presenta el 2 de diciembre a las 6 pm en la FIL, es un servicio al pluralismo religioso tapatío, en una sociedad que cuenta con mecanismos para invisibilizar la presencia de los que creen diferente.


miércoles, 23 de noviembre de 2011

La idea de Dios en Guadalajara

LA IDEA DE DIOS EN GUADALAJARA

Se presenta el día VIERNES 2 DE DICIEMBRE

DE 18:00 A 18:50 HORAS EN EL SALON AGUSTIN YAÑEZ
Feria Internacional del Libro de Guadalajara

El Prólogo lo escribió
Dr. José María Vigil, teólogo latinoamericano.
La presentación estará a cargo de
Dr. Juan Diego Ortiz, director del CERYS y Mtro. Jesús Arturo Navarro Ramos, académico del ITESO
y los autores: Lourdes Celina Vázquez Parada y Wolfgang Vogt

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Música religiosa de los 80 Hossana Hey

Loado seas por la hermana muerte...

Altísimo, omnipotente, buen Señor,
tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición.
A ti solo, Altísimo, corresponden
y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.

Loado seas, mi Señor, con todas tus criaturas,
especialmente el señor hermano Sol,
el cual es día y por el cual nos alumbras.
Y él es bello y radiante con gran esplendor:
de ti, Altísimo, lleva significación. [...]



Loado seas, mi Señor, por nuestra hermana la muerte corporal,
de la cual ningún hombre viviente puede escapar.

 
¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal!
Bienaventurados aquellos a quienes encontrará en tu santísima voluntad,
pues la muerte segunda no les hará mal.

Retazos de notas y festividades

Estos días se realizan cuatro festividades de índole distinta: las fiestas de San Judas, Halloween, la memoria de todos los santos y la de los fieles difuntos. Todas ellas tienen en común que giran en torno a la precariedad de la vida, aunque sean cuestiones que se presentan de manera festiva.

El 28 de octubre, se celebró a San Juditas -como dicen algunos creyentes de a pie-, el santo de las causas difíciles y desesperadas. No sabemos con precisión de donde le viene eso de ser responsable de hacer milagros a quien siente está en el momento más crítico, pero ya sea porque pedir favores sea motivaste para el que cree, o porque el santo en verdad los realice, una multitud de creyentes se acerca a él. Esto refleja por un lado la dependencia de los creyentes hacia las figuras santas para solicitarles su favor, y el deseo de romper el rumbo de los acontecimientos, y en ocasiones las leyes de la naturaleza. Se trata de una situación muy compleja que el catolicismo popular mantiene con firmeza, aunque institucionalmente los sacerdotes retiren constantemente las cadenas de oración de los pies de las imágenes, que propician una religiosidad intimista y mágica, sin embargo al parecer, mientras no haya una formación religiosa mas allá de la moralización, las cosas no parece que cambiarán.

El segundo asunto es la fiesta de Halloween. Para muchos, se trata de una fiesta satánica que rinde culto al mal. En sus orígenes la celebración hace eco de la llegada del otoño y de la disminución de la fuerza del sol, con lo que se entra en una etapa de oscuridad. Es una fiesta que reconoce las circunstancias del ciclo de la vida. En las sociedades agrícolas, el tiempo, el sol, la luminosidad resultan imprescindibles para la vida, en tanto que la oscuridad, el frío y el silencio, son condiciones para que la vida se aleje o al menos tienda a replegarse. La fiesta de Halloween, más allá de cuestiones satánicas es un reconocimiento de la precariedad de la vida y de su anhelo. 
La tercera celebración es la fiesta de todos los santos. Esta surge en la tradición católica como una celebración que quiere hacer justicia a todos aquellos bautizados que no han alcanzado el reconocimiento de los altares, y que son una especie de santos anónimos. En México, en ese afán moralizaste y maniqueo, que ve el ejercicio de la sexualidad como pecado, se suele identificar a los santos del primero de noviembre con los niños, a los que en algunas zonas se les llama eufemísticamente “angelitos”. Sin embargo, la tradición católica litúrgica no entiende esto, sino que celebra a aquellos cristianos anónimos que han alcanzado la visión beatifica. Nada tiene que ver con la idea del “regreso de las almas a comer y convivir”, aunque la tradición se imponga en la dirección contraria.
La ultima celebración de los fieles difuntos, nos pone al menos un día del año en la perspectiva de la propia muerte, al recordar a los seres queridos. Nuevamente la tradición litúrgica reserva este día para todos aquellos que han muerto y están esperando la remisión total de su pena en un lugar de purificación antes de ir a la gloria. Estas cuatro fiestas, nos ponen en la perspectiva por el futuro, y activan nuestros imaginarios sobre la vida que llega a su fin, y ante quien mas o quien menos, se resiste a vivir en carne propia. Se trata de celebraciones antropológicas con una enorme carga de significado sobre la vida y su capacidad de recrearse continuamente.

La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

Conferencia presentada en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la Universidad de Guadalajara : "La mue...