Esta semana reflexionaré sobre la vivencia de la semana santa en diferentes grupos cristianos. Como en otras ocasiones, el enfoque buscará ser respetuoso del pluralismo religioso. Este día quiero pensar en la cruz.
La cruz es un símbolo característico de los cristianos. Para muchos, el único. Sin embargo, no se trata del único aunque todos los cristianos aceptan la realidad de la cruz.
La cruz en la antigüedad romana significaba escarnio, estupor, conflicto y muerte. Sin embargo, la modificación del campo religioso por parte de los cristianos, transforma el sentido de la cruz. Así pasa a ser símbolo de liberación, de salud y de fortaleza.
Sin embargo, la cruz no es vacía, tiene en su centro a Jesús y sus utopías, particularmente la del Reino. En este hecho y su diversidad de interpretaciones, tiene lugar un elemento de justificación de la diversidad teológica y del pluralismo religioso.
La cruz es uno de los elementos iconográficos ante los que existe una gama de posicionamientos, hay quienes todavía la ven como símbolo de castigo, mientras que otros esperan en ella su liberación. Entre estos extremos hay muchas interpretaciones. Boff, en uno de sus libros sobre el asunto -Pasión de Cristo, pasión del mundo- indica al menos dosformulaciones de la cruz que derivan en tensiones teológicas: una que acentúa la la divinidad y otra la humanidad. Al situarse en los extremos pueden llegar incluso a descontextulizar al Jesús de la historia. Ambas generan una reflexión teológica seria pero de consecuencias diferentes: la cristología descendente acentuará la divinidad y el plan de Dios que tiene que cumplirse; y la descendente, al hombre Jesús que poco a poco va revelando su divinidad y su compromiso por la historia.
En ambos discursos, se constituyen muchos paradigmas religiosos de nuestro tiempo. Así cada discurso sobre la cruz puede originar cristianismos diferenciados en sus prácticas y compromisos.
La cruz es un símbolo característico de los cristianos. Para muchos, el único. Sin embargo, no se trata del único aunque todos los cristianos aceptan la realidad de la cruz.
La cruz en la antigüedad romana significaba escarnio, estupor, conflicto y muerte. Sin embargo, la modificación del campo religioso por parte de los cristianos, transforma el sentido de la cruz. Así pasa a ser símbolo de liberación, de salud y de fortaleza.
Sin embargo, la cruz no es vacía, tiene en su centro a Jesús y sus utopías, particularmente la del Reino. En este hecho y su diversidad de interpretaciones, tiene lugar un elemento de justificación de la diversidad teológica y del pluralismo religioso.
La cruz es uno de los elementos iconográficos ante los que existe una gama de posicionamientos, hay quienes todavía la ven como símbolo de castigo, mientras que otros esperan en ella su liberación. Entre estos extremos hay muchas interpretaciones. Boff, en uno de sus libros sobre el asunto -Pasión de Cristo, pasión del mundo- indica al menos dosformulaciones de la cruz que derivan en tensiones teológicas: una que acentúa la la divinidad y otra la humanidad. Al situarse en los extremos pueden llegar incluso a descontextulizar al Jesús de la historia. Ambas generan una reflexión teológica seria pero de consecuencias diferentes: la cristología descendente acentuará la divinidad y el plan de Dios que tiene que cumplirse; y la descendente, al hombre Jesús que poco a poco va revelando su divinidad y su compromiso por la historia.
En ambos discursos, se constituyen muchos paradigmas religiosos de nuestro tiempo. Así cada discurso sobre la cruz puede originar cristianismos diferenciados en sus prácticas y compromisos.
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