El Código de Derecho Canónico en el número 1403 § 1. Las causas de canonización de los Siervos de Dios se rigen por una ley pontificia peculiar plantea la existencia de un proceso específico -distinto de la santidad derivada del martirio- que pasa por dos grandes etapas: el proceso de análisis de virtudes heróicas y el proceso de análisis del milagro. Dicho procedimiento se explicita en la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister, de 25 de enero de 1983 y en las Normae servandae in inquisitionibus ab episcopis faciendis in causis sanctorum promulgadas por la Congregación para las Causas de los Santos el 7 de febrero de 1983, así como la Instrucción Sanctorum Mater que indica los procedimientos para el asunto del 17 de mayo del 2007. En todos estos documento se encuentra la idea de valorar -y por tanto de emitir un juicio- sobre la idoneidad del candidato a la santidad.
En el caso de Juan Pablo II las dudas y apoyos de una parte de los creyentes y no creyentes en torno a la santidad de Juan Pablo II se dividen. Una buena parte de los creyentes sostienen que es santo, incluso aluden al recuerdo del momento de sus funerales que está en muchas conciencias con el grito de "santo súbito" como testimonio de su ejemplaridad, sin embargo, desde una posición crítica habría que preguntarse ¿en qué medida los medios de comunicación influyeron en las personas para crear la percepción de una santidad de un hombre, que por la comprensión de su tarea tomó como decisión exponer su imagen a una construccion mediática desde el inicio de su pontificado?
Por otra parte, habrá que resolver una cuestión que tiene que ver con la desinformación que Juan Pablo II vivió respecto a Marcial Maciel y hoy sobre el Sodalicio de Vida Cristiana. En el ejercicio del papado, Juan Pablo debió cultivar la virtud de la prudencia pero también la de la justicia. Y para ejercer ésta última se requiere de información. Se dice que algunos le ocultaron información y eso no menoscaba su santidad, de modo que el pecado de algunos se traduce en la santidad de otro, lo que resulta paradójico. Finalmente -al menos en este momento- ¿qué sucederá con los que le mintieron al Papa y favorecieron su santidad con su mentira y desinformación. Hoy tienen altos cargos en la Iglesia ¿tendrán alguna consecuencia de actos o gracias a su labor: la construcción de un santo, pronto serán reconocidos como ejemplo de vida?
Si la autenticidad del milagro para beatificar a Juan Pablo II despierta muchas sospechas, la construcción de su santidad es aun más preocupante. En el fondo se trata de pedir a las autoridades vaticanas que abran el documento de la Positio sobre la heroicidad de virtudes de Juan Pablo II para conocer cómo resolvieron estos entuertos, de otra forma, no se salvará de ser una beatificación bajo sospecha, independientemente de las descalificaciones que algunos obispos han hecho a las posturas críticas que no se conforman con la aceptación de la verdad religiosa como venida de Dios cuando finalmente se trata de un proceso de interpretación.
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