´Tomado de Periodista Digital |
La expectativa que causó el Sínodo de la Familia ha quedado desdibujada por cuatro asuntos mediáticos, que han llamado la atención, más que las posibles propuestas: la revelación de un teólogo sobre su condición homosexual, la difusión de la carta de 13 cardenales al Papa sobre la metodología y nombramientos del Sínodo, el escándalo sexual de un grupo de sacerdotes, y ahora la salud del Papa.
Nunca antes se habían ventilado las diferencias que se viven al interior de la Iglesia de manera tan abierta. Hoy sabemos que los grupos tienen nombre y apellido, que sus miembros dirigen algunas diócesis y que son opositores al Papa. Otros sectores, no tan valientes pero más proclives al Pontífice no se han manifestado mediante alianzas visibles para todos. Sin embargo, existen.
Los cardenales opositores poco a poco observan que van perdiendo la batalla -al menos la pastoral- y que se van quedado alejados de los laicos que reclaman una nueva forma de ver la sexualidad, el divorcio y la familia. En aras de conservar una teología dogmática que refuerza el status quo que no desean perder, los cardenales opositores han establecido alianzas en contra de las propuestas de renovación. Estas alianzas son visibles porque así les conviene. La cuestión es que no se observa claramente a los proclives al progresismo pastoral.
Los cuatro asuntos mediáticos -dos por semana- parecen provenir de los opositores al Papa porque intentan posicionar los planteamientos de este grupo, y poner en duda las posiciones pastorales de Francisco, que están ya presentes en la Evangelii gaudium, pero que se empiezan a volver operativas cuando se traducen en discusiones en un ambiente como el Sínodo.
Sesión del Sínodo |
Posiblemente las conclusiones muestren -como en el caso de la preparación de la Humanae vitae- que existen al menos dos tendencias. La cuestión es quién será el actual Cardenal Ottaviani que en su tiempo presentó al Papa el documento que iba en contra del planteamiento del Sínodo. La otra cuestión es qué cardenal presentará la propuesta de apertura pastoral. No hay claridad. Esto permite pensar que al final del Sínodo, las cosas continuarán igual. Ante este ambiente, es posible esperar que en los documentos que surjan se enfatizará la adecuación pastoral, y la atención diferenciada a los divorciados vueltos a casar. Pero se buscará una fórmula que permita mantener ambas posturas, para que cada obispo interprete según su criterio pastoral y aplique la solución al problema. Cada sector: los opositores al Papa y los alineados a su postura de reforma, desearían más el desplazamiento de los otros; pero el riesgo del cisma -comentado ya por algunos- será el fiel de la balanza en la nueva Exhortación que firmará el Papa tomando en cuenta las opiniones del Sínodo.
Por su parte, los que desean reformas fuertes, continuarán su camino como hasta ahora -un ejemplo es la conferencia episcopal alemana-, asumiendo que hay que esperar nuevos vientos, y mientras tanto ajustándose a la realidad, sin interesarles la opinión contraria. La mayoría -tanto los que no se alinean con quienes buscan la apertura, o con los que pretenden el conservadurismo-, se comportarán como hasta ahora en la ambigüedad; cuidando la forma aunque sin cambiar el fondo, es decir, dando apariencia de un compromiso por reformar la iglesia, pero haciendo todo para que las cosas permanezcan igual.
A esto me refería cuando he señalado que ante las expectativas de transformación de la Iglesia por parte del Papa Francisco, hay que moverse con esperanza discreta. Echar las campanas al vuelo es un error, pues sólo algunas cosas cambiarán para paradójicamente permanecer igual, pues algunos cambios podrían quedar en retórica. Ojalá me equivoque.
2 comentarios:
Muy buenas sus reflexiones maestro Arturo. Soy Armando Pérez, uno de sus asistentes al diplomado que imparte en Casa Loyola ("La Religión en tu Vida").Otra cosa más que quiero preguntarle es si me puede volver a proporcionar su dirección de correo electrónico, porque ya la perdí.
Muy buenas sus reflexiones maestro Arturo. Soy Armando Pérez, uno de sus asistentes al diplomado que imparte en Casa Loyola ("La Religión en tu Vida").Otra cosa más que quiero preguntarle es si me puede volver a proporcionar su dirección de correo electrónico, porque ya la perdí.
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