martes, 6 de enero de 2015

¿Qué esperar del nuevo cardenal mexicano?

Suarez Inda. Tomado de Cambio de Michoacán.
Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia ha sido elevado al cardenalato por el Papa Francisco. ¿Qué se puede esperar de él? 

Como la mayoría de los obispos mexicanos, se trata de un sacerdote formado en el sector más conservador: nace en Celaya, Guanajuato, y estudia en el seminario de Morelia y en la Gregoriana de Roma. Su labor como obispo en Tacámbaro y en Morelia muestra un respeto a las formas y a la tradición. La revisión de sus artículos publicados en la página oficial de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dejan ver su talante conservador. Difícilmente se puede encontrar una observación crítica al gobierno mexicano,  a las estructuras de poder, a los poderes fácticos, a la violencia. 

¿Por qué ha sido elegido por el Papa Francisco para ser elevado al cardenalato? Los datos juegan aparentemente en contra: más de 75 años, con renuncia presentada de acuerdo al Código de Derecho Canónico, en el fondo, ya en la etapa de retiro. La elección parece haber sido fruto de la evaluación de las circunstancias, más que de la figura de Suarez Inda. 

El Papa Francisco ha demostrado ser un hábil político, además de un hombre que busca recomponer la Iglesia. En este sentido, el Papa había aludido en dos ocasiones a la situación de violencia en México y en concreto en Ayotzinapa. El gobierno mexicano pareció no escuchar las voces y guardó silencio -tal como ha sido su política frente a la violencia generalizada-. La respuesta de Francisco, más allá de las lecturas religiosas, o junto con éstas, fue nombrar cardenal al obispo más importante en la zona del conflicto. 

¿Qué logra Francisco con esta decisión? En términos eclesiales nada: nombra a un obispo conservador en lo doctrinal, moderado en lo político, libre de compromisos por estar en etapa de retiro. Podría decirse que más de lo mismo, en términos de las características de los obispos mexicanos.  Sin embargo, en términos políticos, la elección es decisiva. Con este nombramiento, el Papa Francisco coloca a Michoacán y a toda la zona de la arquidiócesis de Morelia en el centro de atención mundial. Se trata de una estrategia para visibilizar la violencia, la corrupción y la problemática de Michoacán y de México en general. 

Ahora el nuevo cardenal, debe ubicar cuál es su papel. Si hasta hoy se ha caracterizado por una postura moderada, escasamente crítica, será necesario que siga los términos de la estrategia papal. En mi carácter de analista religioso, no me queda claro que Suarez Inda sea capaz de hacer este cambio dada su trayectoria, y que ha manifestado en entrevistas a medios de comunicación que seguirá actuando como lo ha venido haciendo, en todo el tiempo que lleva de obispo. Si esto no sucediera, la estrategia papal para México perdería su fuerza. Con todo, hay que esperar a el mes de febrero donde recibirá el nombramiento oficial en Roma, y leer entre líneas el discurso del Papa, para ubicar cuál es el mandato específico. Por otra parte, será en las conversaciones del Papa con el cardenal donde se le señalará su papel. 

Sin embargo, no hay que perder de vista, que se corre el riesgo de que Suarez Inda sólo tenga una mirada hacia el interior de la iglesia, cuando lo que se requiere es una mirada abierta a la sociedad y a las problemáticas sociales, que queda claro, no se solucionan con las posturas conservadoras. La esperanza del gobierno mexicano es que Suarez Inda no haga ruido, la del Papa parece ir en sentido contrario.

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