La ética del cuidado se ha caricaturizado frente a las éticas de la justicia, señalando que el cuidado es una característica femenina, y las teorías de la justicia han sido diseñadas por los varones. No parece que esto sea así, pues en el centro del cuidado, se pueden localizar los deseos de justicia.
Estas dos visiones de la ética, entre muchas otras, coexisten y conviven hoy en día en nuestro país. Particularmente son manifiestas en el asunto de las campañas y del proceso de elecciones que se viven hoy. El juicio moral centrado en uno u otro polo, pueden dejar de lado una parte importante: la razón o los sentimientos.
La discusión de por quién elegimos, es fundamental para los analistas políticos, si embargo, si se mira más al fondo la cuestión no es a quién elegimos, sino cómo elegimos. Las propuestas van dirigidas a la razón, las imágenes al sentimiento. Pareciera que a los que dirigen las estrategias de campaña les interesa polarizar, destacando un solo lado. Pero una elección seria podría ubicarse enmedio de la justicia y el cuidado.
Cuando el elector esté frente a la boleta electoral podrá pensar, no sólo a quien elige, sino por qué elige lo que elige: en el fondo, hay elementos de para pensar: ¿hacia qué lado se mueven los candidatos: hacia la justicia o el cuidado? ¿qué queremos como sociedad: justicia que derive en cuidado, o cuidado que haga justicia?
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