domingo, 12 de febrero de 2012

Impresiones primeras sobre el arzobispo

José Francisco Robles Ortega entró a la arquidiócesis de Guadalajara bajo la perspectiva de la moderación que marca sanas distancias. Las dos celebraciones: toma de posesión de la Catedral y la misa de inicio del cargo, fueron dos acontecimientos simbólicos. Por un lado el arzobispo saliente se esforzó por señalar las conexiones en la continuidad como obra apostólica; sin embargo el nuevo arzobispo marcó distancias claras que fueron planteadas en varios términos: en principio, no aludió a la obra de Sandoval, sino a la acción de la Iglesia, se desmarcó de los actores políticos, aunque dejó abierta la puerta del diálogo con todos los sectores sociales, incluidos los miembros de otras confesiones que no comparten la fe católica.

Las lecturas de la Misa parecen la expresión de un plan pastoral. Se trata de tres textos muy breves pero con alto significado que pueden pasar de largo. Al mismo tiempo parecen haber sigo elegidos para marcar distancias con el antecesor. La primera lectura fue de Isaías 61, 1-3: "El Espíritu del Señor está sobre mí... me ha enviado a predicar la buena nueva a los abatidos, vendar los corazones quebrantados... consolar  a los afligidos". Un análisis rápido podrá señalar que se trata de un texto profético clave en la vida de Jesús, pero aplicado a las circunstancias del cambio, hay un mensaje que indica distancia con un modo de hacer las cosas, ¿por qué usa esta lectura? ¿consolar a los afligidos? ¿quiénes son los afligidos hoy en una ciudad que vive la violencia de manera distinta a la de Monterrey? No se han nombrado los afligidos, pero se han descrito. 


   De la mano de esta lectura, el salmo 22 señaló: El Señor es mi pastor nada me puede faltar. Nuevamente resulta importante señalar que es el Señor el que hace las cosas y el que dirige la comunidad. La segunda lectura 1 Pedro 5,1-4 señala  cuiden del rebaño no como dueños. Se trata de textos bien elegidos: breves, concisas y precisas. El texto final fue del evangelio de Juan 10, 11-16. 


    La homilía retoma las ideas de las lecturas y explicita algunas más:  "El Espíritu Santo está sobre mi y sobre todos ustedes… vengo como servidor, pregonero de la buena nueva, en el reposa nuestra confianza. Quiero ser un Pastor cercano, que refleje el buen olor de Cristo en el ministerio y el magisterio. Vuelvo con ilusión a la tierra que me vio nacer… queremos reavivar el don y estrechar la comunión… La comunión conduce a la misión. La misión para el cristiano es un compromiso con los demás hombres…. Necesitamos dialogar con la sociedad, podemos elegir entre cerrarnos en nosotros mismos o abrirnos al diálogo evangelizador… Nuestra iglesia debe fijarse en el diálogo siguiendo a Jesucristo, el diálogo es un modo de ejercitar la misión apostólica…  orientado a edificar un mundo mejor: claro, el diálogo supone la inteligibilidad, es un intercambio de pensamiento, nos debe llevar a revisar todas las formas de nuestro lenguaje; humilde y desde el amor. 


   Estas palabras pueden resultar esperanzadoras para los críticos de la acción pastoral y el modo de relacionarse de Juan Sandoval. Las acciones posteriores a estas palabras podrían estar en la línea de un acercamiento con sectores del catolicismo lastimados por un ejercicio pastoral centrado en el eclesiocentrismo y no en el cristocentrismo.

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