domingo, 3 de octubre de 2010

Un creyente radical


Este 4 de octubre se celebra la solemnidad de Francisco de Asís. Un hombre de la edad media que interpretó su tarea de vivir bajo una pregunta y una intuición. La pregunta: ¿a quién es mejor servir?, la intuición: repara mi casa que amenaza ruina.

Francisco decide hacer esta tarea, este proceso de convertirse en persona enmedio de la iglesia. Vivir al lado de los pobres, desde la opción de la fraternidad y desde la opción por la minoridad se convirtió en un testimonio que ha hecho avergonzar a millones de creyentes deseando la conversión de su iglesia. La decisión de Francisco de seguir radicalmente los valores del evangelio se convierte en estos tiempos de pederastia, de culto a la estructura, de la defensa por al ortodoxia que da seguridad, de olvido de lo central del mensaje cristiano en una  denuncia profética para la búsqueda de lo esencial: el Reino. 

Muchos se preguntan ¿cómo seguir creyendo en una iglesia que en lugar de ser signo de la presencia salvadora de Dios en la historia se ha convertido en cómplice de intereses ajenos a su fundador?

Alejarse es una opción, permanecer es otra. Pero en este último caso el asunto es ¿cómo permanecer?  La denuncia profética y el proponer nuevas formas de vivir el cristianismo está a la base de una expresión que últimamente me impacta: "Dichosos los que sin ver han creído, pero más dichosos los que viendo siguen creyendo"... aquí está una forma de vivir radicalmente, como el hermano de Asís.

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