miércoles, 16 de junio de 2010

Sacerdotes castrenses en México: son una realidad.

Las últimas semanas, Bernardo Barranco ha publicado sus impresiones sobre un obispado castrense en México. Lo hace como si fuese algo nuevo. Esto no es verdad, pues desde hace años (22 de octubre del 2001), en la Conferencia del Episcopado Mexicano existe el proyecto de formar un cuerpo clerical que atienda a los militares y en un futuro cercano nombrar un obispo castrense. El dato más preciso es que el Pbro. Leonardo Rojas Pérez, es el Responsable de la Corporación de Clérigos Castrenses y ostenta el cargo de Secretario de la Dimensión de Fuerzas Armadas de la CEM. Esta Corporación fue fundada por Mons. Hilario Chávez Joya, "Fundador y Primer Obispo de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes. Garante de la Sociedad de Vida Apostólica “Cruzados de Cristo Rey”, fundador de la “Corporación de Clérigos Castrenses”.

Se trata de un proyecto de largo plazo (que arranca aparentemente en la Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano de Noviembre de 1999 aunque ya hay datos de este asunto desde 1985 e incluso desde 1971), como suele ocurrir con la política de la iglesia católica romana, para influir en las fuerzas armadas a partir de la supuesta predicación del evangelio. En este momento, tienen tres Capellanías Militares: Ntra. Sra. de Guadalupe en la Arquidiócesis de Tlalnepantla, Santa María Goretti de la Diócesis de la Paz, y la Santa Cruz en la Diócesis de Cuernavaca.
El principio supremo de los Clérigos Castrenses (art. 24 de sus Estatutos) es la subordinación a los obispos y no al Estado Laico, según indica el siguiente texto: “En tiempo de Sede Episcopal impedida por cautiverio, relegación y destierro, por persecución religiosa, de tal manera que el Obispo no pueda gobernar su Diócesis ni por carta, ni por algún sacerdote, los Clérigos Castrenses, al no poder comunicarse con el Obispo Responsable de la Pastoral Militar, no han de obedecer a ninguna potestad temporal; harán todo guardando fidelidad a la Conferencia del Episcopado Mexicano y al magisterio de la Iglesia según lo prescriben los cánones 750, 752 al 754; y, solamente obedecerán al Supremo Pontífice Romano, Sucesor de San Pedro y Vicario de Cristo en la tierra”. Lo anterior indica que no se trata de un proyecto que apuntale la separación Iglesia y Estado, sino de un claro propósito de intervención.
 
Un análisis iconográfico del escudo de dicha Corporación de Clérigos Castrenses, muestra la corona formada por torreones, símbolo de Cristo pero con poder terrenal al que se someten los elementos del cuerpo del escudo: el papa y las fuerzas armadas en sus distintas áreas (aire, tierra y mar), con la intención de instalar la "paz de Cristo en el reino de Cristo" según reza el lema. El nombre de la Corporación de Clérigos Castrenses por  encima del mismo escudo muestra la posición que pretende este grupo: situarse por encima -y en lugar privilegiado- de toda instancia laica e incluso eclesial con la intención de ser portadores de su mensaje. El fondo blanco y amarillo del centro del escudo, hablan del Vaticano como instancia que atiende a las fuerzas armadas.
 
Es importante señalar que a diferencia de otros grupos religiosos, éste no se identifica como Congregación o Sociedad de Vida Apostólica, sino como Corporación, con lo que da idea de cuerpo militar que se ubica por encima de las fuerzas armadas a las que dice servir. "La Corporación tiene su Sede Nacional en la Capellanía Militar de Ntra. Sra. de Guadalupe por convenio celebrado con el Sr. Arzobispo de la Arquidiócesis de Tlalnepantla. Está ubicada en la calle Joselillo núm. 28, Col. El Parque, Naucalpan, Edo. de México. Y está adscrita en la Diócesis de Nuevo Casas Grandes donde el Sr. Obispo es MONS. GERARDO DE JESÚS ROJAS LÓPEZ".

El escudo envía un mensaje claro a la sociedad mexicana: la Corporación Clérigos Castrenses situada por encima de Dios, de la iglesia y de las fuerzas armadas, es la instancia que indica/predica/difunde el mensaje que ella entiende como cristiano a las fuerzas armadas, sus empleados y familias, con la intención de establecer el reino de Cristo entre dichas instancias militares.
 
Si bien pueden existir otras interpretaciones, ésta es una más que puede dar alguna pista para analizar la importancia de estas acciones y la influencia que tendrán en el Estado Mexicano.
 
Por otro lado, en este mismo asunto habrá que revisar también el papel de la Sociedad de Vida Apostólica Cruzados de Cristo Rey de corte ultraconservador también fundada por Hilario Chávez Joya el 8 de abril de 1991 (aunque tiene sus orígenes en 1971) con la intención de "extender el Reino de Cristo (es) lo que llevó a la S.C.C.R. a expresar en ocasiones su finalidad como “santificación de la política sin ser políticos” o “santificación de la autoridad”

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