El cardenal está envuelto en su propia lucha: no parece querer abandonar la sede del arzobispado a pesar de haber presnetado su dimisión hace dos años. El debate con el gobierno del DF le permite tomar una posición protagónica que hace en este momento un poco más difícil su sustitución. Para ello no le importa usar formas argumentativas inadecuadas, los recursos ad hominem incluso sobre los muertos e ir contra lo más sagrado que existe en el pensamiento cristiano: la conciencia que hasta Dios respeta. Estoy seguro que veremos más de esto mismo, sobre todo si el candidato del Nuncio como se rumora no es el de él: obispos locales o cercanos a quienes podría orientar o como se dice en el argot religioso: "formar para ejercer la pastoral"...
Hoy la trinchera se llama debate por las reformas en DF, pero esta trinchera no es la única... si el análisis es correcto veremos otros conflictos que le permitan permanecer....Lo preocupante es que del Vaticano no lleguen señales para que se comporte al menos de acuerdo a la ostpolitik vaticana. A estas alturas no se esperaría que le pidieran ser cristiano o más caritativo pero... ¿por qué no le piden ser más diplomático al menos?
Otra vía a explorar es que el cardenal esté entrando a hacer el trabajo de adversario contra Ebrad que apenas unos días antes de las últimas declaraciones publicadas en el órgano ofical de comunicación, había admitido que tiene interés en la candidatura presidencial. ¿Será? Dejemos las cosas al tiempo y no mucho... lo sabremos.
Otra vía a explorar es que el cardenal esté entrando a hacer el trabajo de adversario contra Ebrad que apenas unos días antes de las últimas declaraciones publicadas en el órgano ofical de comunicación, había admitido que tiene interés en la candidatura presidencial. ¿Será? Dejemos las cosas al tiempo y no mucho... lo sabremos.
1 comentario:
estoy de acuerdo en que no se trata de un debate religioso; lo que sí creo es que los "religiosos" y los políticos tienen una misión en común: aprender a escuchar al pueblo (y que sus trapitos sucios los laven en su casa, con sus propios detergentes y que no salgan en público hasta que estén bien limpios). Atte Cynthia
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