viernes, 21 de febrero de 2020

La Iglesia: reformas, resistencias y repercusiones sociales

El Papa Francisco ha sido visto como un personaje que podría cambiar el rumbo de la Iglesia Católica, particularmente desde que eligió el nombre actual. 

Aquí dejo una breve entrevista en el Programa Catalejo de Canal 44 TV UdeG sobre el Papa Francisco y sus reformas en la Iglesia Católica. Se encuentra a partir del minuto 41:20      

miércoles, 12 de febrero de 2020

Querida Amazonía: café descafeinado con leche deslactosada.


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La Exhortación Apostólica Querida Amazonía se ha presentado sin mayores novedades, donde en esta ocasión no caben los ajustes a soto voce que gustan al Papa. La imagen que mejor describe la Exhortación Querida Amazonía, es la del café descafeinado con leche deslactosada, que no es café ni leche 100% puros, densos, fuertes. Hace siete años, el Papa Benedicto XVI renunció y con ello, ascendió a la sede de Pedro el Cardenal Bergoglio que tomó el nombre de Francisco. Muchos miraron con enorme alegría la llegada de un latinoamericano al Vaticano, en el extremo estaban los que sospechaban de él. En medio quedamos los que pensamos que había que mirar a Francisco con esperanza discreta. Ni campanas al vuelo ni ropajes de luto… esperanza discreta, porque ser jesuita, ser latinoamericano, andar en camiones, llamar directamente por teléfono, usar zapatos negros o preparar su propia comida no implicaban –necesariamente- cambios en una mentalidad formada en la Tradición y el Magisterio, que le otorga al Papa una especie de coraza frente al mundo.
Los datos que se conocen de la situación de la Iglesia, plantean si no una debacle, sí una crisis institucional que afecta distintos frentes: la pastoral, la moral de corte religioso, las finanzas, el ejercicio de autoridad, el servicio pastoral; al mismo tiempo grandes problemas han salido a la luz pública: la pederastia, los círculos de poder en la Curia Romana y en las diócesis, el abuso a las mujeres religiosas y laicas, así como el papel secundario de ellas y la marginación dentro de la estructura eclesial, la negación del acceso al sacerdocio, la carencia de sacerdotes, entre muchos temas. Una actitud fuerte del Papa atendería estos asuntos con un giro de timón que Francisco no está dispuesto a dar. Fiel a su tradición de rescatar lo posible del otro, va –en el mejor de los casos- lentamente. Demasiado lento para muchos. Pero la Exhortación Apostólica Querida Amazonía muestra a un Francisco aletargado que prefiere hablar de sueños, que no escucha a la iglesia reunida en Sínodo y que descalifica sus propuestas innovadoras. También permite ver a un Papa al que le han ganado los tradicionalistas.
La actitud de Francisco de abrir pequeños resquicios, -incluso en las notas explicativas de sus documentos como sucedió con Amoris laetitia- no permite abordar los problemas de gestión de la Iglesia de manera fuerte, por eso la imagen del café descafeinado con leche deslactosada se le puede aplicar; pues en esta Exhortación no abre resquicios, al contrario, se dedica a poner límites a cada propuesta, así por ejemplo, niega la ordenación de diaconisas señalando que se corre el riesgo de claricalizar a las mujeres, se niega a ordenar varones casados sin dar razones, no permite un rito amazónico porque habla de respetar la cultura.
Durante siglos la Iglesia ha entregado sus mensajes de manera directa: encíclicas, códigos, declaraciones forman parte del núcleo duro de enseñanzas que, durante siglos, se han expuesto como verdades inamovibles –entre ellas el celibato y la ordenación sólo de varones-, llegando a descalificar a quien piense distinto. Una postura fuerte en la gestión al interior de la Iglesia no puede darse abriendo resquicios, como esa idea que presenta en el documento donde señala “aliento a todos a avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia y liberarla de los males que la aquejan” (n. 111). Ante ello, no se puede menos que preguntar ¿acaso los participantes en el Sínodo no habían señalado caminos concretos para transformar la Amazonía? Da la impresión de que, aunque estuvo presente en las sesiones, el Papa no escuchó y menos leyó el Documento Conclusivo del Sínodo, pues la Exhortación dice lo contrario. Es como la reedición de aquel sínodo donde se discutió sobre los anticonceptivos y terminó en un documento como la Humanae vitae, al margen de las discusiones para corregir la plana a los padres sinodales.
 El esquema de documento, con los sueños de Francisco sobre la Amazonía, tiene un claro marco para su lectura con varias claves. La primera se encuentra al inicio y la última al final, en ellas plantea su posición ante las Conclusiones del Sínodo:
Resultado de imagen de querida amazonia“Con esta Exhortación quiero expresar las resonancias que ha provocado en mí este camino de diálogo y discernimiento. No desarrollaré aquí todas las cuestiones abundantemente expuestas en el Documento conclusivo. No pretendo ni reemplazarlo ni repetirlo” (n. 1). “He preferido no citar ese Documento en esta Exhortación, porque invito a leerlo íntegramente” (n. 3)… “Después de compartir algunos sueños, aliento a todos a avanzar en caminos concretos que permitan transformar la realidad de la Amazonia y liberarla de los males que la aquejan” (n. 111).
Tal vez el único resquicio se encuentra en el número 4 de la Exhortación: “Dios quiera que toda la Iglesia se deje enriquecer e interpelar por ese trabajo, que los pastores, consagrados, consagradas y fieles laicos de la Amazonia se empeñen en su aplicación”.
Pero, aunque sea un resquicio es una posición débil porque traslada a los obispos la decisión que implementen para atender las necesidades pastorales y al final el Papa no toma posición, cuando lo que se requiere es posicionamiento. Esto lo sitúa en la ambigüedad al querer quedar bien con todos sin tomar una posición clara. Dos características que marcan el Papado de Francisco: debilidad con apariencia de fortaleza y ambigüedad con cariz de reformador. Un Papa que ofrece café descafeinado con leche deslactosada, algo que no tiene el sabor de la radicalidad de Jesús.

viernes, 17 de enero de 2020


La 4T (Cuarta Transformación) se ha convertido en una especie de parteaguas ideológico que el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador pretende introducir, en el imaginario de la población, como una especie de característica nodal de su proyecto de Nación. El concepto aparece como difuso cuando se trata de analizar a profundidad más allá de las alusiones histórica, pero se concretiza -entre otras cosas- en tres ideales que recuerdan los criterios religiosos: no mentir, no robar y no ser corrupto. 
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La muerte no es el final del camino. Símbolos y ritos ceremoniales en el catolicismo

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