La ética, es una reflexión sobre la vida misma, sobre las decisiones, y sobre consecuencias de las decisiones tomadas. De este modo, nada de lo humano es ajeno a la ética. Podríamos decir que es en lo humano, donde la ética encuentra su razón de ser; y es en la ética donde lo humano se humaniza, es decir, se vuelve más humano.
Los primeros meses del años 2015 han estado marcados por dos acontecimientos: las elecciones del 7 de junio de 2015, y la presencia del narcotráfico. En ambos casos los argumentos para describir y valorar uno y otro escenario, son complejos. En el caso de las elecciones se encuentra casi de todo, menos propuestas que den sentido a la acción política. La crítica entre los contendientes, el uso fácil del insulto, el manejo de un lenguaje altisonante pero vacío, la discusión sobre el modo como los partidos ha ejercido el poder cuando lo han conquistado, etc. nutren el esquema de propaganda partidista. Sin embargo, nada se sabe de las propuestas. Las campañas políticas se han convertido en un caos.
Por otro lado, el narcotráfico sigue adelante, como no había sucedido en el país: Michoacán, Tamaulipas, Jalisco, junto con sus narcobloqueos son apenas una muestra del deterioro de la seguridad, pero también del deterioro de la libertad -mal entendida- gracias a la cual unos deciden participar en el crimen organizado atentando contra los demás. Se trata de otro caos.
¿Qué puede decir la ética en tiempos de caos?
Ante todo, la ética es una acción de las personas, no de las instituciones. Son las personas las que tienen ética o no. Los partidos políticos, las instituciones -sean gubernamentales o no-, los cárteles de la droga y cualquier organización no tienen ética, se dediquen a lo que se dediquen.
La ética es sólo prerrogativa de los seres humanos que se sientan a pensar con detenimiento en el valor de sus acciones, en el sentido que puede tomar la convivencia, cuando se decide una u otra cosa.
Una ética para tiempos de caos comienza cuando los seres humanos nos preguntamos ¿qué sentido tiene vivir como lo estamos haciendo? ¿hacia dónde nos conducen las acciones que estamos tomando o que estamos dejando de realizar?
En tiempos de caos como los que vivimos, la ética va más allá de las preguntas anteriores, que podrían quedarse en el plano de la elucubración teórica que muy poco servicio aporta a la construcción de la convivencia, cuando no se traduce en acción concreta. Aquí aparece entonces la otra cara de la ética: la ética es práctica. Muchos hablan de ética en términos teóricos, pero muy pocos en términos prácticos.
A fuerza de querer tolerar todo, hoy toleramos caos de todo tipo. Dos manifestaciones del caos que no podemos tolerar en nombre del respeto, son las campañas políticas tal como están, y el narcotráfico esté como esté.
Los memes que circulan sobre partidos y narcobloqueos, muestran apenas la cara del hartazgo de una sociedad que empieza a protestar débilmente. Pero en una sociedad caótica, los memes poco servicio prestan a la reflexión ética y al posicionamiento práctico para rechazar estas acciones. Se necesita una forma distinta para pensar la convivencia.
En tiempos de caos como los que vivimos, la ética va más allá de las preguntas anteriores, que podrían quedarse en el plano de la elucubración teórica que muy poco servicio aporta a la construcción de la convivencia, cuando no se traduce en acción concreta. Aquí aparece entonces la otra cara de la ética: la ética es práctica. Muchos hablan de ética en términos teóricos, pero muy pocos en términos prácticos.
A fuerza de querer tolerar todo, hoy toleramos caos de todo tipo. Dos manifestaciones del caos que no podemos tolerar en nombre del respeto, son las campañas políticas tal como están, y el narcotráfico esté como esté.
Los memes que circulan sobre partidos y narcobloqueos, muestran apenas la cara del hartazgo de una sociedad que empieza a protestar débilmente. Pero en una sociedad caótica, los memes poco servicio prestan a la reflexión ética y al posicionamiento práctico para rechazar estas acciones. Se necesita una forma distinta para pensar la convivencia.
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