El concepto sacrilegio es antiguo. Viene del latín sacrilegĭum, que indica la profanación de algo considerado sagrado, ya sea una cosa, una persona o un objeto. La profanación consiste en dedicar el objeto, la cosa o la persona a algo que no es el uso específico para lo cual fue separado.
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Miguel Angel ejemplificó lo sagrado y lo progano |
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Vayamos por partes. Lo sagrado es una categoría que utilizamos para expresar una separación entre la vida cotidiana y el mundo de lo divino. En este supuesto, al mundo cotidiano se le identifica como profano y al mundo divino, se le reconoce como sagrado. Lo que hay a la base de esta división es la ordenación del espacio, del tiempo, las personas y de los objetos, bajo la lógica de la división que sostiene el orden del mundo dependiendo de una entidad divina.
Para mantener la división sagrado-profano, se configuró la costumbre de separar personas, cosas, espacios, objetos y tiempos. De esta forma aparece lo con-sagrado, es decir, aquello que por su relación con lo divino se ha separado para servir a lo divino.De este modo, las personas dedicadas al servicio religioso se asumen como sagradas, porque hay alguien que les reconoce esta característica de separación. Lo mismo sucede con los objetos y utensilios, como los vasos sagrados de las celebraciones, las imágenes, estatuas y recintos religosos. Se les suele llamar sagrados por estar destinados a establecer la relación entre lo divino y lo humano.
En el fondo se trata de mediaciones que por su carácter de separación se consideran especiales, pero que observadas con una mirada analítica, son depositarias de una construcción sociocultural, pero en sí mismas no tienen nada de distinto a los objetos, personas y lugeres idénticos que se encuentran en el mundo llamado profano. La distinción de lo sagrado es un recurso que se utiliza para marcar distancias, señalar elecciones y sostener cosmovisiones. De esta forma, lo sagrado, al igual que lo profano son conceptos construidos para explicarnos de alguna forma, nuestro lugar en el mundo.
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La fiesta, una representación de lo profano |
¿Por qué viene a cuento este asunto? Porque hace unos días en Guadalajara se realizó un robo de $250,000.00 mediante un asalto a mano armada en las oficinas del Arzobispado. Los reportes de la noticia en la televisión local plantearon que se había cometido un sacrilegio.
La ignorancia o el exceso devocional posiblemente pueden explicar el conflicto epistemológico de los reporteros y comentaristas, que les hace suponer que por estar en un lugar de corte administrativo religioso, el dinero se hace sagrado, es decir "divino".Nada más falso.Plantear el asunto en estos términos genera entonces un conflicto mayor, pues al sostener que todo recurso, objeto, dinero, etc, sin conocer su procedencia, y por el hecho mismo de pertenecer a una institución religiosa ha cambiado su cualidad originaria de profanidad, para servir ahora de mediador y dispensador de lo sagrado. La confusión puede llevar incluso a considerar -a algunos- que el robo fue un atentado contra Dios y no contra las arcas del arzobispado; pero tambien puede llevar a los ladrones a pensar que se han llevado un dinero "bendito" que les puede acercar a Dios.
El uso de estos conceptos sin consultar al menos el diccionario, hace que la credulidad y la fe, ya de por sí complicadas, se sostengan en una comprensión simplista que los formadores religiosos de hace unos años llamaban "la fe del carbonero".