Un estudio coordinado por Patricia Fortuny (2000) sobre la Diversificación del Campo Religioso en Guadalajara, concluye que aunque los datos estadísticos manifiestan la existencia de una mayoría católica, existe en una buena parte de los católicos una resignificación de los conceptos y prácticas centrales de su religión, por lo que se puede concluir que la identidad católica tapatía va modificándose lentamente, aunque eso no signifique que vaya a desaparecer en este momento.
El ánimo religioso de los tapatíos permite establecer que existe una diversidad religiosa que se presentan como nuevas opciones en el campo religioso. Para Lourdes Celina Vázquez, investigadora del fenómeno religioso de la UdeG, aunque “en el discurso de la jerarquía católica es común encontrar este término (secta) para referirse a las otras Iglesias, señalando su supuesto carácter minoritario, aislado, separadas de la ‘única’ y ‘verdadera’ alternativa de salvación”[1] es un hecho innegable la existencia de otros grupos religiosos. El asunto es que muchos de estos grupos permanecen invisibles cuando nuesra mirada no está educada para reconocer la diversidad de pensamiento, de ritos y de formas de pensar la trascendencia y la relación con la divinidad.
[1] Vázquez Parada, Lourdes Celina, Cultura y desarrollo regional, UdeG, México 2002 p. 75
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