Estos datos nos pueden ayudar a interpretar: Juan Sandoval ha sido un obispo dentro de la ortodoxia romana, no se sabe la fecha de su sustitución pero se puede esperar que permanezca un poco más dirigiendo. Sin embargo, dadas las circunstancias de la renuncia, se ha iniciado ya enmedio de un silencioso recorrido la auscultación de necesidades y candidatos al puesto. No hay novedades de acuerdo a las prácticas: el próximo cardenal tapatío será un obispo con experiencia, particularmente respetuoso de la tradición, que mantenga al clero bajo control, que no tenga una historia oscura, particularmente en el ámbito de la sexualidad; que tenga cierta autoridad moral frente a los fieles, particularmente en asuntos de moral sexual, será medianamente conservador, dialogante pero sin grandes pretensiones de cambio. Pero sobre todo, si se revisa su historia personal podrá notarse que de entre sus compañeros ha sido elegido desde el seminario para estar cerca de los espacios simbólicos que lo presentan como el candidato idóneo.
Con estas características no hay muchos, uno de ellos es el obispo de Zamora; otro el obispo de Aguascalientes; pero no se puede dejar de pensar que el presidente del episcopado, también cumple con estas características, sin embargo, siguiendo las normas: nadie se mueve -aparentemente-, y parece conveniente esperar que se cumpla el adagio: de Roma viene lo que a Roma va.
Con estas características no hay muchos, uno de ellos es el obispo de Zamora; otro el obispo de Aguascalientes; pero no se puede dejar de pensar que el presidente del episcopado, también cumple con estas características, sin embargo, siguiendo las normas: nadie se mueve -aparentemente-, y parece conveniente esperar que se cumpla el adagio: de Roma viene lo que a Roma va.